Clara García recorrió la zona del Cordón Ayacucho en el sur de Rosario, donde se inició un importante proyecto de intervención urbana y social durante la última gestión del Frente Progresista, con el objetivo de transformar el barrio La Tablada. 

“El Cordón Ayacucho fue el objetivo central de un proyecto que Miguel Lifschitz inició durante su gobierno, con una mirada transformadora de una zona muy humilde. Se trataba de llevar dignidad para todos los vecinos y vecinas”, sostuvo. 

Incluía apertura de calles y pavimento, infraestructura de servicios como agua, cloacas, desagües pluviales, luz segura, mejoramiento de viviendas, relocalización y escrituración. Además, se “construyó mucho equipamiento público de calidad para cambiar la vida del barrio”. 

“Todo esto fue interrumpido”, dijo la dirigente socialista apuntando a la gestión de Omar Perotti. “Por eso nuestra esperanza y nuestra mirada para el futuro de Santa Fe tiene que ver con volver a poner en marcha un plan para los barrios que más necesitan de la presencia del municipio, pero fundamentalmente del Estado Provincial, que es quien puede hacer frente a la realidad de la violencia y la inseguridad, por la dimensión y la complejidad del problema”, agregó la legisladora provincial. 

La dirigente socialista estuvo acompañada por Cecilia Mijich, responsable del Plan Abre entre 2015 y 2019; y Jorge Pérez Jaramillo, director de Planeación de Medellín (Colombia) entre 2012 y 2015. 

Cordón Ayacucho

La intervención en el Cordón Ayacucho estaba enmarcada en el Plan Abre y beneficiaba de manera directa a más de 1.300 familias que habitan en uno de los asentamientos más antiguos y emblemáticos de la zona sur de la ciudad, en el sector comprendido por las calles Benito Juárez al sur, Ayacucho al oeste, Pasaje Ivanowsky al norte y Necochea al este.

En ese marco, la legisladora recordó el proyecto iniciado durante la gestión de Hermes Binner que contenía esas obras: la recuperación y puesta en valor del ex Batallón 121. 

Allí, luego del traspaso del inmueble al gobierno provincial, progresivamente trasladó su sede el Polo Tecnológico Rosario y se instalaron los laboratorios de la Policía de Investigaciones (PDI). “Muy cerca de aquí -avenida Uriburu al 100- comenzó a construirse una de las megacomisarías que le brindarían seguridad a toda la zona, es decir, un sitio de control y jerarquía en un barrio que tanto lo necesita. Hoy es una obra inconclusa que no avanza”, señaló García.

Mijich sumó otro dato que da cuenta de la interrupción del proyecto para Cordón Ayacucho: “Los vecinos y vecinas nos piden que vuelvan aquellas acciones que mejoraban su calidad de vida, como el programa que llevó instalaciones de luz segura a tantos barrios, una condición necesaria para poder tener mayor seguridad”.  

Por su parte, Pérez Jaramillo remarcó que “Rosario, como Medellín, ha soñado con construir una sociedad viable a través de las políticas públicas y de la inclusión social. Aquí hay aprendizajes enormes y con Medellín compartimos el sueño de que la democracia y la participación, así como poner a las personas en el centro y usar los elementos del urbanismo y la infraestructura no solo como obras físicas sino sociales, es un camino que vale la pena”.