La Reina Isabel II del Reino Unido murió este jueves a los 96 años. Fue la monarca con el reinado más longevo de la historia de su país, con 70 años en el trono, y también la de mayor edad. Falleció en el castillo de Balmoral, en Escocia, donde habitualmente pasaba sus veranos.

Tras su muerte se activó el protocolo London Bridge, un mecanismo instaurado en la década de 1960 cuando Elizabeth ya estaba en el trono, y que determina paso a paso cómo comunicar la noticia, y cómo es el proceso de velorio, funeral y sucesión real en las semanas siguientes al suceso.

El protocolo establece que el cuerpo será llevado al palacio de Holyrood, a las afueras de la ciudad de Edimburgo. Desde allí será trasladado a la Catedral de la ciudad, y luego será embarcada en el Tren Real, que la llevará por la costa este del Reino Unido hacia Londres. En la capital, su cuerpo se colocará en Buckingham, custodiado por cuatro soldados.

Luego partirá un desfile militar, y el féretro será trasladado a Westminster Hall, donde permanecerá cuatro días y donde podrá ser visitada por el público en jornadas de 23 horas.

A los nueve días de su fallecimiento se decretará un feriado nacional; ese será el día en que se realizará el funeral. A las 9 de la mañana de ese día, marcada por las campanas del Big Ben, el cadáver irá a la Abadía de Westminster, a donde llegará a las 11.

Tras del evento, 138 marineros colocarán el cajón en un carruaje que irá al castillo de Windsor, donde será colocado en la capilla. Ese es uno de los posibles lugares para su entierro definitivo, al igual que los palacios de Sandringham y Balmoral. A eso le siguen tres días más de duelo nacional. El país tendrá 10 días de luto nacional con ceremonias que no fueron vistas en las últimas siete décadas.

Los documentos que establecían en su totalidad cómo sería la ceremonia mortuoria de la reina se filtraron por primera vez en la prensa en 2020, revelando detalles sobre cómo el Gobierno anunciará la noticia a la población y las palabras en clave que se utilizarán para determinados mecanismos.

Estos también detallan cómo el heredero al trono se convertirá en el rey y sus primeros deberes cuando asuma el papel de monarca en un cronograma donde el día de la muerte de la reina se conoce como "Día D', y los días posteriores se denominan "Día D 1", "Día D 2", "Día D 3", etcétera.

"London Bridge" fue el mensaje en clave que el palacio envió al primer ministro después de la muerte de la reina. Y desde Downing Street se remitió la noticia a los embajadores británicos y los jefes de Gobierno de la Commonwealth.