Alta tensión se vivió el sábado a la noche en el templo de la Iglesia Evangélica Misionera Argentina, en bulevar Oroño y 27 de Febrero, cuando un hombre armado interrumpió la prédica de la pastora Mabel De Silvestri y subió al estrado. El intruso fue reducido en segundos, pero los concurrentes que poblaban la nave vivieron ese instante con pánico. Y todo salió al aire puesto que la celebración religiosa era televisado.

Ocurrió hacia las ocho de la noche del sábado. La pastora de Silvestri brindaba una charla, en el marco de una gira que realiza por el país en distintas locaciones de la IEMA. "“En Dios no hay ausencias”, dijo Silvestri segundos antes de que se desatara el caos. Estaba por terminar su alocución cuando un hombre de mediana edad avanzó hasta el estrado y exhibió una pistola (luego se constataría que era una réplica). La pastora retrocedió, aterrada, y procuró guarecerse detrás de su atril. El griterío de la gente se hizo evidente. 

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La transmisión se cortó en ese momento, cuando algunos presentes, a cargo de la seguridad en el templo, se abalanzaron sobre el desconocido, lo desarmaron y redujeron. Luego, la organización local de la IEMA llevó tranquilidad a sus fieles a través de redes sociales.

“Queremos comunicarles lo que pasó a todos los que se han inquietado durante el servicio de hoy. Una persona que estaba con problemas de desequilibrio psiquiátrico interrumpió el mensaje que estaba teniendo la pastora Mabel Silvestri”, expuso uno de sus colaboradores al inicio del video.

“Gracias a Dios, no fue más que un susto”, agregó y completó, antes de cederle la palabra a la referente fundadora: “Está todo bien. Hay muchos que están llamando y preguntando qué pasó. Y quería aclarar sus dudas”.

“Queridos hermanos, queridos amigos, estoy bien”, dijo la pastora, y continuó en el video: “Una vez más, vimos la mano de Dios como siempre la vemos y dimos gracias a Dios por todos”. A continuación, manifestó: “Los bendigo en el nombre de Jesús. Gracias por la preocupación que algunos han mostrado”.

Y cerró: “Les enviamos un abrazo y que Dios los bendiga mucho”. Junto con las imágenes que muestran que la pastora había sorteado el incidente sin problemas, se brindaron detalles respecto de lo que sucedió pocos después de que el canal de televisión dejase de transmitir el evento.

Los encargados de la seguridad de lugar habrían tomado el control de la situación rápidamente al quitarle el arma de las manos al hombre en cuestión y hacer que este se recostara en el suelo. Una vez inmovilizado, Silvestri volvió a hablar desde su micrófono y pidió calma a los feligreses.

IEMA