Argentina jugó un gran partido, y aunque sufrió sin necesidad sobre el final, pasó a cuartos de final de manera justa, donde lo espera Países Bajos, el próximo viernes.

Messi abrió el partido con un golazo, y Julián, con todo el olfato, puso el 2 a 0 robándole la pelota al arquero en una presión con De Paul. Después, el equipo mereció más, pero en una jugada aislada, se complicó el cierre.

El primer tiempo del seleccionado argentino fue muy equilibrado, y aunque hubo un momento donde perdió la pelota, la mayoría del tiempo controló al equipo australiano, a pesar de no crear demasiadas chances.

El comienzo de los de Scaloni fue muy bueno, con una presión alta bien marcada, robando arriba y jugando de manera vertical.

Sin embargo, con el correr de los minutos y unos rivales muy replegados, el equipo empezó a tener una posesión cansina, sin lastimar a la defensa australiana, que esperaba bien parada atrás.

Sin lograr el desequilibrio, el equipo empezó a perder la paciencia, le duraba poco la pelota en los pies, y allí, durante unos cuantos minutos, Australia se adueñó del encuentro.

Y cuando nada ocurría y todo se planchaba, Messi, que había estado muy poco participativo, frotó la lámpara, encaró para el medio, y luego de un toque de Otamendi definió abriendo el pie para romper el cero.

El equipo se sintió cómodo ganando y se quedó con la posesión, intentando jugar un poco más dinámico de lo que había mostrado hasta el momento.

En la segunda mitad, se vio algo muy similar a Polonia. Los jugadores se tranquilizaron, recuperaron las buenas sensaciones, y acompañados de una hinchada que no paraba de alentar, volvieron a presionar alto generando dudas en los rivales.

En una de esas presiones, Julián y De Paul lograron sacar diferencia, molestaron al arquero, y el ex River aprovechó para hacer de las suyas y poner el 2 a 0.

El post gol de Argentina fue muy bueno, y defendiéndose con la pelota, parecía que el partido iba a terminar en esa tenencia que le daba la victoria al seleccionado.

Pero cuando todo se cerraba, Australia ligó en un rebote y la pelota se le metió a Dibu, que no pudo hacer nada, solo ver cómo se le escapaba la pelota.

A pesar de terminar sufriendo, Argentina se apoyó en un Messi que se puso el equipo al hombro, bancó todas las pelotas, y dejó muchas veces mano a mano a Lautaro, que no está derecho y desaprovechó varias.

En la última del partido, los australianos tuvieron el empate en la palma de la mano, pero el Dibu se hizo enorme para taparla y en dos tiempos, quedarse con la victoria de los de Scaloni, que irán ante Países Bajos, el próximo viernes.