El encuentro entre Talleres y Unión, pendiente de la fecha 11 de la Liga Profesional, terminó por 2-2 con un final para el infarto en el Mario Alberto Kempes de Córdoba. Lo particular de desenlace fue que el árbitro Rodrigo Rivero cobró penal para el local ya en tiempo de descuento y avisó: "Se patea y se termina".

Por lo tanto, no valía ninguna jugada posterior al remate. Si convertía Talleres ganaba, si erraba, a las duchas con el empate. ¿Qué pasó? Sebastián Moyano atajó el penal, y el ejecutor, Matías Godoy, agarró el rebote y la empujó, pero el árbitro no convalidó el gol. El estadio se confundió pero la instrucción fue bien clarita.

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