Los jugadores de la Selección Argentina no hablan. Pasaron más de cuatro meses desde la última declaración, aquella conjunta en la sala de conferencias y que tuvo a Lionel Messi como único orador, pero la postura no cambió. Esperanzados con que el tiempo hubiera curado las heridas, periodistas de varios medios cubrieron la llegada de las figuras del seleccionado en el aeropuerto de Ezeiza y no se llevaron ni un "Gracias por venir". El silencio no hace más que alejarlos (un poco más, si era posible) del público argentino que, sin embargo, llenará el Monumental deseoso de que dentro de la cancha griten, y bien fuerte, los goles que hacen falta para ir al Mundial.

Ni Messi ni Correa (por mencionar a uno de los más jóvenes). Nadie le hace un guiño a la prensa. Sin embargo, desde AFA se realizó una movida que seguramente intentará revivir la relación entre los futbolistas, los medios y la gente. Marcelo Tinelli es el nuevo secretario de selecciones y la elección no es casual. El vice de San Lorenzo es quien mejor entiende el show, se lleva muy bien con el capitán y conoce a Edgardo Bauza (campeón de la Libertadores con el Cuervo). 

Tinelli estará bien cerca de los jugadores, dará sensación de presencia a un grupo que ya se quejó varias veces de la falta de acompañamiento dirigencial. Y aunque seguramente esa no será su única intención en el nuevo cargo, tal vez ayude a romper la barrera que las propias estrellas de la Albiceleste plantaron después de golear a Colombia.

Con Chile como próximo rival (sí, otra vez) la falta de declaraciones no genera más que incertidumbre. Y el partido no será uno más. Argentina está obligada a ganar porque de lo contrario corre riesgo de quedar muy mal posicionada en la carrera hacia un Mundial que comenzará en quince meses. Y otra derrota ante la Roja será sin dudas especialmente dolorosa. 

Quien no ahorra en declaraciones es el DT. De hecho, Bauza se muestra con máxima confianza. Derrocha optimismo. El Patón da por hecho que Argentina estará en Rusia y hasta se animó a deslizar que el equipo será campeón. Una buena forma de crear un escenario positivo en medio de una crisis general que la Comisión Normalizadora que lo puso en el cargo no pudo resolver. 

En ese contexto llega un duelo clave de verdad. Y como sea, todos esperamos que la verdad sea dicha dentro de la cancha. Que ni el desastre en AFA ni la bronca con los medios importen durante 90 minutos. No hace falta que hablen sino que griten, y desde adentro, los goles que nos depositen en Rusia 2018.