Los rosarinos, Nadia Podoroska y Renzo Olivo, son dos de las grandes proyecciones del tenis internacional. Ambos obtuvieron esta temporada los mejores resultados en sus carreras como profesional dentro del circuito mayor.

Podoroska, con 19 años, está a un paso de meterse en el pelotón de las 200 mejores jugadoras del ranking de la WTA. El foco de atención se posó sobre ella cuando desde la clasificación ingresó al cuadro principal del US Open y empezaron a considerarla como una de las grandes promesas del mundo.

Mientras que Olivo, de 24 años, tuvo la mejor semana de su carrera tras alcanzar las semifinales del ATP 500 de Hamburgo, donde dejó en el camino al favorito del certamen el alemán, Philipp Kohlschreiber y al ex top ten, Mikhail Youzhny, quedando de esta manera a las puertas del top 100.

Sus inicios

Nadia Podoroska, tomó la raqueta por primera vez hace cinco años en el club Fisherton. Distintas circunstancias de la vida, entre ellas un accidente que sufrió su padre, la llevaron a alejarse del deporte. Para luego hacer su retorno junto a una amiga en la escuela de tenis de Carlos Rampello, quién la formó desde junior y en la actualidad continúa siendo su entrenador y la acompaña por el circuito.

Desde muy pequeña se ha destacado por su estilo agresivo de juego, sus condiciones innatas la llevaron rápidamente a liderar el ranking nacional de menores y a superarse constantemente hasta batir su primer récord a los 14 años y nueve meses, cuando se hizo un lugar en la historia del tenis argentino después de lograr su primer punto de WTA en el Women´s Circuit de Concepción, Chile, quedando muy cerca de la marca lograda por Gabriela Sabatini, quién lo consiguió con 14 años y cinco meses.

En cambio, Renzo, tiene la raqueta entre sus manos prácticamente desde que nació. Proveniente de una familia vinculada al tenis, su padre Antonio hace décadas que es propietario de un club que tiene varias canchas de polvo de ladrillo en el macro-centro rosarino y fue la persona más importante e influyente en su vida como deportista.

Se describe aguerrido, luchador y perseverante, dotes que avizoraron los cazatalentos franceses cuando se encontraba a los 12 años entre los mejores de la argentina y lo convocaron para sumarse al staff de jugadores de la prestigiosa academia de Patrick Mouratoglou; una de las más importantes del mundo.

Después de cuatro años de permanecer en París perfeccionando su técnica, decidió regresar con los suyos considerando que lo más importante eran sus lazos afectivos. A los 17 años decidió  lanzarse al profesionalismo y logró su primer punto de ATP.

Salto de calidad

El tan esperado salto de calidad se les dio a los rosarinos esta temporada en distintas circunstancias. Para Podoroska lo más importante fue haber hecho una muy buena pretemporada y empezar de menor a mayor. “Los buenos resultados en Fed Cup, sumado a la larga gira por Europa me permitió cumplir uno de los objetivos que fue ganar por primera vez un torneo de 25 mil en Denain, Francia, para luego jugar las clasificaciones de WTA y empezar a superarlas enfrentándome a tenistas que están dentro del top 100 o 50. Estos últimos resultados permitieron mi participación en la qualy del US Open que la pude pasar tratando de disfrutarla y haciendo mi mejor tenis”.

En cambio, para Renzo las sensaciones vividas a principio de 2016 fueron de mucha intensidad y un gran factor motivacional. “Pasé momentos únicos y de grandes emociones. Como en el Australian Open, pasando qualy y llegando a segunda ronda. Eso fue muy importante para mí mentalmente, porque había hecho una pretemporada muy dura y económicamente no estaba nada bien. Reafirmé mi tenis en el ATP 250 de Quito, Allí también desde la clasificación entre al cuadro principal, eliminado en el camino a Fernando Verdasco y llegando a cuartos de final, para luego jugar el ATP de Buenos Aires, en casa con tanta gente en un torneo tan importante”, dijo Olivos sobre su gran comienzo de año.

Luego llegó el llamado para la Davis ante Polonia. “La convocatoria a la Davis fue otro de los grandes momentos, pero la verdad que fue todo muy de golpe, en dos o tres meses había tenido resultados muy grandes y no fue fácil de digerir y manejarlo”. Así que después de un breve periodo donde no se le daban lo cosas, tomo un descanso, se vino con los suyos después de Wimbledon y regresó en el ATP 500 de Hamburgo. “Después de haber recargado energías disputé Hamburgo e hice semifinales y fue la mejor semana de mi carrera como profesional”.

Lo que se viene

Ambos tienen como objetivo para 2017 afianzarse en el circuito mayor para seguir creciendo, alcanzar la estabilidad y la permanencia que les permita dar el golpe definitivo hacia la cima del ranking mundial. “Como primer objetivo para el año que viene es el ingreso a la qualy del Abierto de Australia, para luego continuar jugando todo tipo de torneo para afianzarme en lo que venimos trabajando, mantener el nivel y seguir creciendo. La finalidad de esa gira va a ser el ingreso al top 100”, concluyó Podoroska.

Mientras que Olivo antes de terminar la temporada todavía tenía una meta que concretar, meterse entre los top 100. Propósito que alcanzó a los pocos días de haberse quedado con su primer título del challenger en Santos, Brasil, a principio de octubre. “Estamos con mi equipo trabajando tranquilos en el día a día. Los objetivos para 2017 me los voy a plantear antes de la pretemporada. Por ahora sigo enfocado en seguir escalando posiciones antes de concluir el año”.


Todo es posible

Para el coach, Carlos Rampello, quién dejó todo para ir detrás de un sueño junto a Nadia Podoroska, nada es imposible si se tiene ganas de trabajar y seguir adelante. “Ojala que esto que estamos haciendo junto a Nadia sirva para motivar a todos y demostrar que se puede llegar a ser profesional con muchas ganas de trabajar sin tener grandes infraestructuras. Sobre todo en estos momentos que hay muy pocos referentes femeninos, que sepan que se puede.  En cambio por el lado de los varones hay muchos debido a toda esta gran revolución que hay por la Copa Davis”.