En medio de tanto lujo, luces y celebridades, la boda de Lionel Messi y Antonela Roccuzzo tuvo una pequeña frustración para los novios, quienes no pudieron casarse por iglesia debido a que el Arzobispado de Rosario no los autorizó a armar una capilla en el complejo del casino City Center de Rosario, donde sí se pudo hacer la ceremonia civil. Pero, si el arzobispo de Rosario hubiese sido el monseñor Héctor Aguer, quien dirige el Arzobispado de la ciudad de La Plata, la cosa hubiese sido diferente. 

"¿Qué hubiera hecho yo? Hubiera enviado a un sacerdote que hiciera el rito matrimonial en la fiesta. Esto no es lo normal, no es lo que se debe hacer, pero pueden concederse excepciones; el bien de las personas puede privilegiarse a ciertos reglamentos, a ciertas costumbres. Para eso están las dispensas", aseguró Aguer, según publicó la Agencia Informativa Católica Argentina (AICA).

"Me atrevo a decir esto porque a veces nosotros, los curas, los obispos, ponemos muchas trabas, burocratizamos excesivamente el acceso al sacramento del matrimonio", aseveró el arzobispo bonaerense.

El delantero de la selección argentina y su esposa se casaron por civil el 30 de junio en Rosario en una multitudinaria fiesta en el Casino City Center, pero no pudieron celebrar el matrimonio religioso porque el Arzobispado no autorizó que un representante de la Iglesia oficiara una ceremonia fuera del ámbito religioso. 

Según contó Rosarioplus.com en su momento, la pareja había solicitado un turno para casarse, ese mismo viernes en la Catedral pero desistieron de hacer la ceremonia religiosa por cuestiones de seguridad. Luego los novios pidieron casarse en una capilla improvisada que se instalaría en el complejo del casino, pero no fueron autorizados porque "la jerarquía está muy reacia a autorizar ceremonias fuera de las parroquias, iglesias, templos, capillas y otro ámbito religioso, sobre todo en un sacramento como el del matrimonio", según reveló un vocero del círculo íntimo del arzobispo rosarino, Eduardo Martín.

En este sentido, una vocera de la jerarquía eclesiástica rosarina confió que "lo de la capilla en un casino fue rechazado por una cuestión histórica, siempre hay mucha resistencia de la Iglesia al juego y mucho más en un caso de tanta exposición mediática".

Aguer señaló que debería haberse tratado "el caso especial de un personaje como Messi" y destacó que los novios habían mostrado la "inquietud" de casarse por Iglesia, "ya que son cristianos". "A pesar de las obligaciones del gran futbolista, alguien podía haberse interesado en verlos, y explicarles qué significa el matrimonio cristiano. Ellos están bautizados, son católicos y recibir un nuevo sacramento de la Iglesia para ellos podía ser un paso espiritual importante, una ocasión para confesarse, recibir la absolución, recibir también la comunión", alegó. 

"Creo que ellos han querido hacer definitiva esa unión, sólo que la libreta colorada (del Registro Civil) hoy no dice mucho, no sirve en realidad, porque el matrimonio civil, como se sabe, se ha convertido en un contrato provisorio y no es más un matrimonio como debe ser según el orden natural; mucho menos según la tradición cristiana", expresó Aguer y manifestó su "alegría" por la pareja. 

En tanto, el arzobispo se mostró esperanzado de que Messi y Antonela puedan contraer matrimonio religioso en el futuro. "Espero que ellos encuentren, no sé si en Barcelona o en dónde, una capillita escondida donde vayan y hagan ese 'trámite' que es un paso espiritual y una bendición para su familia", concluyó.