Franco Toffoli es un docente de filosofía rosarino al que de chico le gustaba jugar juegos de mesa con sus amigos y hermanos. Hasta acá, nada fuera de lo normal. Pero cuando a Franco una regla no le cerraba o gustaba, simplemente reversionaba el juego. Ahora, es creador de su propio juego de mesa, Corona de Hierro, de la editorial Dragón Azul, inspirado en la legendaria novela de George R. R. Martin devenida en la serie Game of Thrones.

Claro que no fue tan simple ni tan rápida la creación. Toffoli contó a Rosarioplus.com que “llevó cuatro años el diseño de la idea y su aplicación, que apareció cuando terminaba de leer esta novela sobre la cruda disputa por el poder en la Edad Media entre varios reinados que buscan el trono de la corona de hierro”.

El período histórico para este juego fue uno que efectivamente ocurrió, que era “muy similar a los vericuetos de GOT”, sobre cómo en Italia a fines del siglo IX los cortesanos esperaban la muerte del rey Carlos III para tomar su lugar ya que no tiene herederos. “Ocurren asesinatos, traiciones y acuerdos para llegar al trono”, aseguró. Para interesados, como es un juego de mesa para adultos, se consigue solamente en negocios de cómics.

Sobre el proceso, el aficionado del juego recordó que “fue testeado muchas veces por otros aficionados, y a partir de sus observaciones fue modificado”. Y reconoció que “si bien lleva trabajo, es una satisfacción muy grande crear un producto lúdico con tu creatividad”.

Asegura que en un juego siempre hay “un sistema muy complejo, ya que si se cambia una regla hay que volver a ver cómo funciona para que ese cambio no entorpezca las demás reglas, y es un proceso de testeo muy largo”.

Para diseñar un juego, explicó que primero hay que “jugar muchos juegos de mesa, así como un buen escritor primero es un buen lector, porque una vez conociendo el contexto y las reglas, se busca romper con lo que hay, innovar”.

El profesor de filosofía que ama los juegos aseguró que diseña “por necesidad o por impulso” y que cuenta con “un montón de prototipos en camino”. Para él diseñar es expresarse e ir en la búsqueda de “no distraerse con los entretenimientos fáciles que actualmente proliferan porque requieren un rol pasivo (como las series, juegos de celular y videojuegos)”.

Un hobbie que se transformó en club de juegos

Franco desde muy chico inventó juegos por hobbie, “con papeles y plastilina, y en la adolescencia con amigos cambiando el tablero del TEG o inventando reglas propias”, y aun así nunca pensó que realmente existe la industria editorial de los juegos de mesa, hasta que conoció su magnitud en un Encuentro Nacional de Juegos de mesa.

Así fue como conoció los clubes de juegos de mesa, que existen en la mayoría de las grandes ciudades, y en Rosario no existía. “Con los amigos aficionados dijimos que la ciudad debería tener su propio club, y hace unos cinco años lo creamos”. Pero ¡en qué consiste un club? Un grupo de personas que se reúnen periódicamente en un centro cultural, una escuela o un bar y arman tardes o noches de juegos con entrada libre y gratuita.

En Rosario el Club de juegos de mesa ya funciona desde hace años, cuenta con alrededor de 400 juegos (que van llevando según comentan los mismos participantes desde su Fan page) y la cita es cada tercer sábado del mes de 17 a 21 en el bar La Delfina, de calle Mitre 1298.

“El encuentro es una parte fundamental del juego de mesa. En las reuniones nos hicimos buenos amigos, se han formado parejas, y es un modo sano de conocer gente nueva, aunque otros también vienen con un grupo de amigos, y hasta hay los que llevan un juego recién comprado para aprenderlo a jugar”, destacó Toffoli.

La movida se hizo formal cuando hace cuatro años el Club de juegos de mesa organizó un evento de presentación de un juego creado por un amigo. Y la variedad de juegos es mucha: “Hay juegos que duran solo 15 minutos, otros llevan una hora de sólo explicaciones, y duran como seis horas de juego”.