Ya está confirmado: la próxima temporada de la serie más vista tardará un poco más de lo habitual y durará un poco menos. Es que hasta julio no podrán verse los capítulos de la séptima temporada, que además contará solamente con 7 episodios, a diferencia de las anteriores que tuvieron 10 capítulos cada una. 

El retraso se debe a que, tal como se venía anunciando desde la primera temporada, el invierno ha llegado a Game Of Thrones. La preeminencia de este invierno gélido que se instaló en este extraño mundo que se creó en la serie requiere que los exteriores sean filmados recién a partir del 21 de diciembre, cuando empieza la temporada invernal en Irlanda del Norte. 

La decisión fue de los productores ejecutivos David Benioff y DB Weiss y quien lo terminó de confirmar fue Casey Bloys, director de programación de HBO, que expresó que "en lugar del clásico debut durante la primavera (otoño en argentina), estamos moviendo el debut para el verano (invierno en argentina) y así acomodar el plan de rodaje".