Todo surgió en marzo de 2014, después del terrible linchamiento de David Moreira, asesinado a golpes en plena calle rosarina tras un intento de robo a una mujer. La violencia que generó ese caso no fue sólo la física que vivió el presunto ladrón. Después de los incidentes, la agresión se trasladó a internet.

Es que lo que ocurrió con Moreira despertó el lado más reaccionario y agresivo de multitud de usuarios que, enervados por la problemática de la inseguridad, justificaron y apoyaron la actitud de quienes acabaron con sus manos con la vida del joven.

“Ese caso fue el disparador. Durante un año me dediqué a relevar y guardar todos los comentarios que se dejaban en un portal de noticias de la ciudad”, explica Pablo Tendela, director de La Clase Mierdra, versión teatral de una catarsis de clase.

Con la obra clásica Ubú rey como estructura para esta propuesta escénica, la obra tiene un guión basado exclusivamente en la compilación en collage de los comentarios, que se vuelven más reactivos e intolerantes a medida que avanza la trama.

“Ubú es un cortesano que anhela el poder y que cuando lo consigue amplifica su actitud violenta considerablemente”, desarrolla el dramaturgo. “El poder moderno de la sociedad también está en esa libertad de expresión en internet”, agrega.

La performance, creada como un espacio para generar discusión, “es como un espejo donde se expone el costado fascista naturalizado de la sociedad y frente al cual el espectador pierde la inocencia acerca de estas actitudes”, reflexiona Tendela.

Por eso, el foco de la escena está puesto siempre en los comentarios de los lectores de La Capital, en el racismo y la xenofobia que se desprende de ellos, y sobre el escenario todo es minimalista. Sólo dos hombres y dos mujeres que representan esta obra fronteriza entre la ficción y la realidad.

La Clase de Mierdra se puede ver los sábados de junio en el Centro de Expresiones Teatrales (San Juan 842) a las 22.