Cineastas, estudiantes, productores y periodistas se reunieron ayer en el Cine Público El Cairo para dar anuncio oficial de la edición 23 del Festival de Cine Latinoamericano de Rosario. Un ciclo que arrancó en 1993 marcando un rumbo y alzándose como referente continental. Por aquellos años el festival fue un punto de quiebre cuando se denominó “de video” dando ingreso a nuevas formas narrativas grabadas en un formato hogareño, lo que implicó el acceso de nuevos autores que ingresaban a un universo de producción audiovisual desde la emergencia cultural. 

“Con el transcurrir de los años, la necesidad de abarcar formatos emergentes tuvo su correlato en un nuevo nombre: Festival Latinoamericano de Video y Artes Audiovisuales”, recuerdan desde el Centro Audiovisual Rosario, organismo municipal organizador del encuentro.  Y este año, al fin, incorporaron la palabra “cine” en la denominación del festival y no es un hecho menor. 

Durante diez días a partir del 2 de septiembre se podrán ver 600 cortometrajes de 14 países.  El Festival abrirá con la proyección de El limonero real, un film de Gustavo Fontán basado en la obra del escritor santafesino Juan José Saer. La función será en El Cairo a las 20. 

Cuba homenajeada


Anoche hubo mojitos y música cubana. Un pequeño adelanto de lo que se va a venir ya que el Festival –todos los años- le hace honor a un país de Latinoamérica y en esta oportunidad será el turno de la cinematografía de la isla caribeña. Habrá dos estrenos centrados en la temática de género: Fátima o el parque de la fraternidad y Vestido de novia. El primero, del director Jorge Perugorria, aborda la temática gay a través de la historia de un chico de provincia que llega a la capital, donde comienza a travestirse. El segundo, dirigido por Marilyn Solaya, trata el contexto hegemónico, machista y patriarcal de la Habana en los ’90.

También se proyectará Fresa y chocolate, un clásico del cine cubano dirigido por Tomás Gutiérrez Alea, y en la sección La Memoria será homenajeado Santiago Álvarez, una de las figuras más sobresalientes del cine cubano, cuya obra se destacó por la presencia activa en el periodismo, el genial uso del montaje y el empleo de la banda sonora como parte indisoluble de la acción dramática.

Los números del festival

Son 600 cortometrajes de 14 países. De las 54 realizaciones que entraron en competencia, 11 son rosarinas. 30 cortos participan de la Competencia de Escuelas, un gran incentivo para estudiantes.  Hay 25 realizaciones que van por el premio de la competencia rosarina. Más de 10 días de festival, porque el 31 de agosto comienza la 16º Muestra de cine infantil 9 salas y espacios que propiciarán este encuentro entre el cine y la ciudad.