Un tribunal oral condenó este martes a prisión perpetua a una mujer y a su madre por el crimen de Diego Sarjanovic, un gerente de la empresa MC Catering, asesinado a puñaladas hace dos años, en un departamento de Moreno al 500. Los jueces establecieron que ambas mujeres tomaron esa determinación en el marco de una deuda importante de dinero que la víctima le había prestado a la más joven de las imputadas, con quien tenía un amorío.

El tribunal compuesto por Patricia Bilotta, Delia Paleari y Gustavo Pérez Urrechu condenaron a Carolina Seguer, de 40 años, y a Alicia Fernández, de 60, a la pena de prisión perpetua por el delito de homicidio doblemente calificado por ensañamiento y codicia en calidad de autoras, indicaron esta mañana desde el Ministerio Público Fiscal.

La sentencia coincidió con el planteo del fiscal de la Unidad de Homicidios, Miguel Moreno, quien desde un principio acusó a Seguer y a su madre por el crimen ocurrido el 4 de setiembre de 2015 al mediodía, en el departamento que ambas habitaban en Moreno 511. Ambas mujeres, con un cuchillo y un objeto contundente apuñalaron más de 60 veces a Sarjanovic "produciéndole la muerte con el motivo de finalizar una deuda que tenían las imputadas con la víctima", concluyeron los magistrados en el desenlace del juicio oral. 

La búsqueda del ejecutivo duró un par de días, cuando las imputadas -que habían sido interrogadas en el marco del rastreo- desaparecieron de la ciudad. Aquel 7 de setiembre la policía las apresó en la localidad cordobesa de Las Varillas, cuando escapaban en su auto hacia Mendoza.

Ya en prisión preventiva, Seguer llegó a confesar la autoría del asesinato. 

Sarjanovic le había prestado una importante suma a su amante, quien se la había pedido para encarar un emprendimiento de confección de indumentaria. Pasado el tiempo, Sarjanovic le exigió la devolución del dinero, y esa situación habría generado una tensión que desembocó en el crimen de aquel mediodía.

Sarjanovic y Seguer se habían conocido en la empresa MC Catering, donde ambos trabajaban. Según contó Álvaro, amigo de la víctima, en la audiencia imputativa de aquel entonces, la mujer renunció a su trabajo y comenzó a trabajar por su cuenta. 

Al tiempo, Sarjanovic, Carolina y un tercero, de apellido Moscato, se asociaron para hacer negocios. Según las declaraciones del amigo de la víctima, Diego ponía el dinero para las inversiones, y los otros dos hacían los contactos. La mujer siempre devolvía el dinero con intereses; pero cuando falleció el tercer asociado, Diego dejó de recuperar su dinero.

Ante la deuda, Carolina le prometió a Sarjanovic devolverle el dinero con la venta de una casa y le aseguró que a principios de agosto iba a realizar esa transacción. Finalmente, la mujer aseguró que le habían robado el dinero de la venta pero que no había hecho la denuncia.

El empresario tenía cheques a su cuenta y no sabía cómo cubrirlos, por eso necesitaba que su socia le devolviera el dinero.

Los asociados habían hecho hacía poco un negocio, que era muy rentable: se trataba de un fideicomiso de 40 mil dólares de inversión que luego se podría vender por 90 mil dólares. El viernes 4 de septiembre, Carolina le iba a entregar el dinero de la transacción.