Japón siempre sorprende. Por ejemplo, cuando una empresa automotriz, tan gigante como lo es Toyota, se ocupa de fabricar un pequeño robot con el inusitado propósito de “combatir la soledad”. Se llama Kirobo Mini la inesperada invención, capaz de mantener algunas conversaciones básicas con seres humanos, e incluso responder a emociones que sus fabricantes le han inculcado en formato de software.

El Kirobo mide sólo 10 centímetros de estatura y Toyota piensa en ponerlo en el mercado para el 2017, a unos 40.000 yenes, o casi 400 dólares. El robotito ha sido la revelación de la feria IT & Electronics Comprehensive Exhibition (Ceatec), el salón de la electrónica más importante de toda Asia y que se celebra durante toda esta semana en Tokio.

“Queremos hacer frente al creciente problema social de las personas que no tienen a nadie con quien hablar”, dijo Moritaka Yoshida, alto ejecutivo de Toyota.

El nuevo mini robot es el hermano mayor de Kirobo, un robot con grandes ojos y del tamaño de un perro chihuaha aproximadamente, que en el año 2013 fue enviado a la Estación Espacial Internacional (ISS), con el objetivo de conversar con el astronauta japonés Koichi Wakata, quien se encontraba trabajando en investigaciones científicas en dicha estación.

Estos dos robots forman parte de un interesante proyecto de la compañía Toyota para desarrollar las capacidades de conversación de los robots (la cual va mostrando muchos avances día tras día), en especial con aquellas personas que son consideradas como aisladas.

Actualmente el Japón se enfrenta ante un doble fenómeno de envejecimiento de toda su población (de hecho se tiene previsto que para el 2060, aproximadamente el 40% de la población tendrá más de los 65 años) y también tenemos a la baja tasa de natalidad.

Lamentablemente, el país también padece de fenómenos de casi total aislamiento social, como el “hikikomori”, el cual es el caso de adolescentes y también de jóvenes que se quedan literalmente encerrados en sus cuartos y rechazan el hecho de hacer vida social.