Bajar el brillo de la pantalla, controlar el uso del GPS y del Wifi, y no abusar de la aplicación de linterna son algunas de las claves para optimizar el consumo de energía de los smartphones y así aprovechar al máximo la duración de la batería, según aconsejó un directivo de una empresa del sector.

A medida que avanza la tecnología aplicada en los teléfonos móviles, los equipos vienen con procesadores más potentes, pantallas más grandes y de mayor resolución, y las aplicaciones son cada vez más complejas, por lo que insumen más recursos y agotan la batería.

Por eso, siempre que las condiciones lo permitan, "bajar el brillo de la pantalla es un buen recurso para optimizar el consumo de energía, ya que es uno de los componentes que demandan la gran parte del vital elemento", afirmó el gerente de producto de Lenovo MBG, Martín Errante.

"Ajustar la suspensión de la pantalla a unos pocos segundos a partir del momento en que se lo deja de usar también contribuye a una reducción significativa del consumo, ya que la sumatoria de las veces que el equipo es desbloqueado y dejado en reposo a lo largo del día pondrán en juego con cuanta autonomía contará el dispositivo", agregó el directivo en un texto distribuido hoy por la firma china.

Entre los factores que más energía consumen está el GPS, por lo que apagar la geolocalización "ayuda a aumentar la rentabilidad de la unidad de potencia" de la batería, continuó Errante.

Algo similar ocurre cuando el teléfono transmite datos mediante una antena de Wifi "ya que, en muchas ocasiones, la disponibilidad de la red y la intensidad de la señal acortan su rendimiento diario", precisó, y aclaró que "a la inversa, una vez que nos encontramos en la calle y no utilizaremos una señal de Wifi, se recomienda apagar su antena".

Errante recomendó además suspender el teléfono tras utilizarlo para sacar fotos, ya que al estar la lente abierta se gasta energía, y añadió que "lo mismo ocurre con la linterna que, en muchos casos, es a la vez flash para la cámara de fotos".