El 54,4% de los habitantes de América Latina -y el 43,4% de los hogares- estuvieron conectados a Internet en 2015, cifras que indican un notable crecimiento en los últimos cinco años, aunque persisten en toda la región problemas relacionados con las velocidades de conexión, según revela un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). Ese 54,4% de latinoamericanos conectados a Internet representa 20 puntos porcentuales más que en 2010, aunque el número de internautas creció a un ritmo del 10,6% anual, menos que el 18% al que creció por año entre 2004 y 2009.

El informe señala que las conexiones hogareñas aumentaron a un ritmo promedio de 14,1% anual, con lo que ese 43,4% de hogares conectados a la red de redes en 2015 casi duplica al 22,4% registrado en 2010. Asimismo, destaca también el acceso a conexiones de banda ancha móvil, que pasó del 7% al 58% de la población en cinco años. Si bien en 2010 el porcentaje de personas con acceso a banda ancha fija y banda ancha móvil era prácticamente el mismo, en los cinco años siguientes las suscripciones a banda ancha móvil crecieron un 802,5% (frente al 68,9% de aumento de las conexiones fijas). En este sentido, la Cepal destacó que en la región se desarrolló comercialmente "gran cantidad de planes, paquetes y bolsas de datos con diferentes vigencias y capacidades, en gran medida con el propósito de llegar a segmentos que no pueden acceder a planes pospago".

En las tarifas prepago de menor vigencia (un día), los países con mayor acceso en enero de 2016 eran Argentina y Paraguay, mientras que en el opuesto se ubicaba Honduras; en la vigencia de 30 días, Uruguay, Brasil, Chile, Ecuador, Colombia, Panamá, México y Costa Rica tuvieron la mejor posibilidad de acceso, con costos menores a 2%.

Por otro lado, entre 2010 y 2015 se redujeron los costos de acceso a Internet, ya que mientras en 2010 contratar un servicio de banda ancha fija de 1 Mbps bordeaba el 18% de los ingresos promedio mensuales, a principios de 2016 esta cifra bajó al 2%. En este aspecto, el mayor avance se dio en Bolivia, donde ese número pasó de 84,8% a 9%. Sin embargo, ese 9% final continúa representando el acceso más caro, seguido por Nicaragua con 8,8%; solo estos dos países aún se encontraban fuera del umbral de asequibilidad de 5% utilizado como referencia por la Comisión Internacional de Banda Ancha de Naciones Unidas. Pese a este crecimiento en términos cuantitativos, el documento indica que persisten los problemas relacionados con la calidad (velocidades de conexión) y la equidad en el acceso a Internet (diferencias según la ubicación geográfica y la situación socioeconómica de la población).

Respecto de las conexiones móviles, los países evaluados tienen una velocidad promedio de entre 2 y 4 Mbps (Paraguay destaca con una velocidad de 6,1 Mbps), mientras que en las conexiones fijas la velocidad promedio es de 4,7 Mbps (Chile, con 7,3 Mbps, es el país con mayor velocidad promedio y Venezuela, con 1,9 Mbps, tiene la conexión más lenta). En términos de calidad de servicio, ningún país de la región tiene al menos 5% de sus conexiones con velocidades mayores a 15 Mbps, "mientras que en los países avanzados este porcentaje es de 50%", afirma el estudio. "Por otra parte, se observa una diferencia de hasta 41 puntos porcentuales en la penetración de Internet entre las áreas urbana y rural en el país que muestra la mayor brecha en la región", agrega.

En términos de ingresos, "los mayores aumentos en la penetración de Internet se concentraron en los quintiles más ricos, ensanchando la brecha con los quintiles más pobres", observa la investigación. 

En líneas generales, el crecimiento en la conexión a Internet observado en estos cinco años "permitió reducir la brecha existente con los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE): se pasó de una diferencia de 37,2 puntos porcentuales en 2010 a 25,2 puntos porcentuales en 2015", analiza el informe. De todas formas, en cuanto a los hogares conectados persiste entre los países de la región una marcada heterogeneidad: de los 24 analizados en 2015, tres tenían una penetración de Internet hogareña menor al 15%; quince estaban entre 15% y 45%; tres entre 45% y 56%, y solo Chile, Costa Rica y Uruguay llegaban al 60%.

Los países en los que más crecieron las conexiones hogareñas entre 2010 y 2015 fueron Nicaragua, Guatemala, El Salvador y Bolivia, países que tenían muy baja tasa de penetración.
La diferencia entre los países con mayor y menor porcentaje de hogares conectados era de 46,2% en 2015, mientras que en los países de la OCDE era de 30,7%.

En cuanto a la banda ancha móvil, el país con mayor crecimiento fue Perú (cerca de 4.000%); Brasil, Uruguay y Argentina (con mayores niveles en 2010), tuvieron cambios porcentuales de entre 500% y 1.300%. El país con menor cambio porcentual fue Venezuela (116%).