Toda vez que hay un corte de luz, los semáforos de la zona afectada dejan de funcionar y las calles se convierten en una auténtica jungla de cemento donde prevalece el más arriesgado. Cruzar una calle cuando no hay luz se transforma en una quimera para peatones y automovilistas temerosos.

Para que esto no vuelva a suceder, desde el Concejo instan al municipio a explorar opciones novedosas que doten de energía a los semáforos y les brinden autonomía respecto a la red eléctrica de la ciudad. En otras palabras, lograr que los semáforos sigan funcionando cuando se corta la luz.

El concejal Jorge Boasso propuso una opción ecológica y sustentable: colocar paneles solares que provean energía limpia y renovable las 24 horas de los 365 días del año a los semáforos rosarinos. El edil radical señaló que la ciudad de San Isidro, en la provincia de Buenos Aires, ya incursionó en esta experiencia.

“Proteger el medio ambiente es el  objetivo de todas las  ciudades del mundo, debemos  apostar de manera contundente por la utilización de energías renovables”, señaló Boasso.

Otra posibilidad aportada por el concejal es la incorporación de dispositivos llamados “selectores de fases” (UPS/ sistema ininterrumpido de energía) que miden la tensión eléctrica del semáforo las 24 horas y al detectar un corte, en milésimas de segundos, lo conectan a una fuente alternativa para que se mantenga el servicio. Al mismo tiempo, el caso de que ninguna de las fases proporcione la energía suficiente, cuentan con baterías especiales para  mantener el normal funcionamiento del aparato.

“En la ciudad de Buenos Aires hace tiempo que se utilizan, su instalación es sencilla”, indicó Boasso, quien además destacó que todas las variantes establecen la utilización de luminaria LED, que aportan un mayor ahorro energético, menor emisión de calor, eliminación del efecto fantasma, mayor duración, menor mantenimiento, menor disminución del brillo y una distribución uniforme de la luminosidad entre otros beneficios.