El calor llegó con todo con el inicio de la semana y ya se hace insoportable. No hay manera de aguantarlo si no es con la ayuda de una pileta o el Paraná y seguramente en estos días los rosarinos coparán el balneario La Florida con la intención de refrescarse, aunque sea un rato. Pero, según denunciaron desde el Concejo, parece que llegar hasta esa zona no es un plan tan sencillo y la culpa, otra vez, es de la escasa frecuencia que presentan las líneas de transporte que circulan por la costa.

La concejala Lorena Giménez (Partido del Progreso Social) recalcó que a menudo los ciudadanos soportan graves inconvenientes para poder llegar al balneario de la zona norte y presentó un proyecto para que se dupliquen los servicios de la Línea de la Costa y ambas banderas de la 153, al menos los fines de semana y entre las 11 y las 22.

Un informe elaborado por el equipo de la edila determinó que “muchos usuarios se ven obligados a permanecer un largo tiempo hasta que una unidad llegue con lugar disponible para trasladarlos, siendo frecuente que deban estar horas en las paradas, viendo que pasan los colectivos sin detenerse por trasladarse ya con su capacidad completa”. 

Según comunicó Giménez, el relevamiento permitió contabilizar hasta seis colectivos que no frenaron en sus paradas entre las 11 y las 15, y hasta 12 unidades en la franja horario de 18 a 22. “Esta situación se agrava al mediodía, cuando la temperatura es más elevada, ya que muchos concurren a los balnearios en familia, con niños pequeños y adultos mayores viéndose expuestos a sufrir golpes de calor, hecho que complica aún más el padecimiento de los usuarios”, recalcó la concejala.

Y pasa lo mismo tanto en el camino de ida como en el de vuelta; en paradas céntricas como en las de zona norte. El informe ejemplificó con algunos casos puntuales: “En Génova y Avellaneda, alrededor de las 15 (del pasado domingo) cerca de 25 personas manifestaron estar esperando una hora para abordar el 153. Los usuarios quedan ‘varados’  y deben optar por otras alternativas más costosas, tales como los viajes en taxi, algo que no está al alcance de todos los ciudadanos”. Quienes no tienen otra opción que esperar el colectivo, muchas veces desisten y cancelan su plan en la costa.

La noche: esperar o caminar

La concejala Giménez denunció que en horario nocturno las falencias del sistema de Transporte Urbano de Pasajeros son mucho más notorias. Puede observarse, según dijo, a cientos de personas que a guardan por horas y a muchos que deciden caminar largos tramos cargando sus elementos hasta llegar a paradas con mayor cantidad de líneas.

La complicación que padecen quienes pasan la tarde en La Florida no escapa a quienes a diario trabajan en la zona. Empleados de bares, clubes y comercios “corren riesgo de llegar tarde a sus lugares de trabajo por razones ajenas a su dominio. Se ven obligadas a esperar un largo tiempo a que un ómnibus se detenga sin tener la posibilidad de llegar a sus hogares rápidamente para su debido descanso”, enfatizó Giménez.