Alejandra Rodenas, actual candidata a diputada nacional por el Frente Justicialista, adquirió notoriedad pública cuando aún en su rol de jueza penal de la ciudad de Rosario, encarceló a la banda narcocriminal conocida como Los Monos. Sin embargo, hay mucho más detrás de la mujer que promete renovar el peronismo de la provincia de Santa Fe.

Hija del histórico dirigente santafesino Antonio Osvaldo “Tito” Rodenas, Alejandra nació en Rosario el 26 de septiembre de 1963, en el seno de una familia peronista. “Siempre iba a los actos y a las reuniones de la ‘Resistencia Peronista’ de la mano de mi padre. Ahora voy a los actos como candidata y veo en los niños presentes a esa niña que fui, que aprendió a cantar la marcha peronista cuando mi padre nos despertaba los domingos haciendo girar los viejos discos de pasta con la voz de Hugo del Carril”, contó en el marco de una de las tantas presentaciones de lista que vienen realizando en distintas localidades. Recuerda con mucho cariño a su madre, Angela, de quien dice haber heredado el gusto por el cine, la cocina y el valor de la observación y la escucha.

A los 18 años llegó a la facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario, con la convicción de convertirse en abogada, pero también con una firme búsqueda de participación en la política universitaria. “Lo primero que hice cuando subí esas escalinatas que llegan al hall de ingreso de la facultad es buscar entre todas las mesitas de las agrupaciones, a la de la JUP (Juventud Universitaria Peronista)”, recuerda. Fue en el marco de esa militancia donde conoció a quien encabeza la lista de la que forma parte, Agustín Rossi. "Era una mesita diezmada, adolorida, producto de la terrible acción que el Terrorismo de Estado había desplegado durante esos años sobre los compañeros", recuerda. "Pero el deseo y el compromiso fueron mayores y logramos superar ese dolor con una férrea defensa del Estado de Derecho: desde allí comenzamos nuestra reconstrucción".

Promediaban los años ’80 y Alejandra alternaba la militancia y sus estudios universitarios, con una movida vida cultural que tenía al rock como protagonista. En ese tiempo ya cultivaba una amistad entrañable con Fito Páez y fue en una de esas noches de recitales en donde conoció a su actual pareja, Jorge Llonch, protagonista de la Trova Rosarina y por entonces el ingeniero de sonido de Fito Páez y de Charly García. "Nos conocimos en un bar de Rosario, el mítico Barcelona, una noche de 1989. Nunca más nos separamos" recuerda mientras se ríe: "Somos sobrevivientes de tiempos maravillosos, pero también de las pruebas propias de una relación cargada de experiencias intensas: las giras de Jorge, la llegada de los chicos, mi vida como jueza, y la interpelación siempre presente de la política, el arte, la cultura...".

En 1986 rindió el examen de ingreso a Tribunales Provinciales, donde trabajó como empleada hasta el año 1990, cuando concursó para ser funcionaria en el Fuero Penal. Los años que siguieron fueron los que dieron la llegada de los hijos. Primero fue Isidro en el año ’93 y luego Ángela en el ’96:."No concibo mi vida sin ellos, son dos chicos maravillosos, Isidro se acaba de recibir de abogado y es músico, Angie estudia Traductorado de Inglés y es una artista plástica muy talentosa", dijo resumiendo una vida familiar que reinvidica y defiende. "Nuestra casa es nuestro templo, nada mejor que llegar y escuchar música, leer un libro o perdernos en largas discusiones filosóficas", remarcó. Es que Alejandra es hace 30 años docente universitaria en la facultad de Derecho de la UNR donde enseña Introducción al Derecho y Filosofía del Derecho. 

En el año 1999 concursó para desempeñarse como Jueza de Instrucción Penal, formando parte de la primera camada de jueces en ingresar al Poder Judicial a través de esta modalidad. Fue ese cargo el que le traerá la responsabilidad de hacerle frente al procesamiento de la banda narcocriminal conocida como Los Monos. “Fueron batallas duras que me tocó dar desde la trinchera penal, y por las que hoy sigo con custodia. Cada tanto hay un mensaje dando vueltas”, aseguró en una entrevista y de hecho lo hubo. En medio de la campaña recibió un mensaje intimidatorio dese la cárcel, filmado por el Monchi Cantero en el que cuestionaba su procesamiento y aseguraba saber en dónde vivía.  En ese momento, y también ahora, Rodenas reafirmó su accionar: “Era lo que había que hacer”.

En junio de este año Alejandra renunció a su cargo como Jueza y lanza su candidatura a diputada nacional por la provincia de Santa Fe, dentro del Nuevo Espacio Santafesino – Frente Justicialista. “Renuncié, no pedí licencia, sentí que esa actitud ética me definiría en la política y definiría a nuestro espacio”, afirma y cuando se le pregunta el motivo de esta decisión asegura que desde la justicia hizo todo lo que estaba a su alcance. “Ahora pretendo ampliar la acción desde la política, con una visión y una praxis colectiva diferente a aquella que les está reservada a los jueces”. La participación en política, agrega, era su asignatura pendiente: "Allí se juntaron la nena que apretaba con fuerza la mano de su padre, que leyó los libros de sus hermanos mayores tempranamente, y de la militante universitaria de los 80as."