Hernán Brienza, periodista, historiador, docente, estuvo hace dos semanas en Rosario para presentar “Urquiza, el salvaje”. Cristina Fernández de Kirchner no había decidido aún competir por fuera del justicialismo y Brienza no había posteado aún en Facebook su crítica a esa opción por la desunión (que incluía a varios dirigentes del PJ): “así no volvemos más”, dijo.

El periodista que entrevistó a Cristina hace casi diez años y dice que la volvería a votar cree que es un error que el kirchnerismo abandone el peronismo. Analiza: “Creo que lo que hace el peronismo es dialogar constantemente con la sociedad. Mi idea del peronismo como entidad más amplia es que mide lo que pide la sociedad en ese momento. A veces lo hace de manera atroz, a veces de manera acertada. Uno podría decir que Perón volvió en el 73, con todo lo que costó eso, pero lo que planteo es que es necesario un nuevo diálogo con la sociedad, incluso por parte de todo el peronismo y del kirchnerismo”.

También tiene una opinión sobre los modos de incluir discursivamente al otro. Dice: “Creo que en la lógica amigo-enemigo hay dos polos y que, si bien es predemocrático esa forma de ver la realidad, al menos admite dos contrincantes, dos partes. La lógica del macrismo, lejos de intentar suturar esa lógica amigo-enemigo, intenta resolverla negando la existencia del otro: el otro no tiene derecho a tener un plasma, no tiene derecho a vacaciones, no tiene derecho a nada porque no es sujeto de derecho, no existe, no debería existir. Y en un punto espera desaparecer al otro. Y creo que allí es mucho más autoritaria la negación absoluta del otro que la pelea con el otro. Me parece que es ahí donde se produce un clic autoritario que no estaba presente en el kirchnerismo”.

Sobre ese anuncio de Cristina Fernández de Kirchner la semana pasada, cuando dijo que competiría por fuera del peronismo, Brienza posteó en su perfil de Facebook que de esa forma “no se vuelve más”. “Lo que yo decía –dice– abarcaba a todo el peronismo, no sólo al kirchnerismo. También es una crítica para (Florencio) Randazzo, para el Movimiento Evita y los demás jugadores del peronismo que buscan la división. Cuando no se produce el baile es porque uno de los dos no quiere, por lo tanto en ese caso hay que ver quién es el que no quiso. Sé que en las negociaciones le ofrecieron a Randazzo ingresar en una lista y él dijo que no, por lo tanto hay que ver bien cómo fueron esas negociaciones para ver quién rompió el diálogo. Creo que en ese sentido hay que pensar seriamente de qué hablamos cuando hablamos de unidad y quiénes son los que están buscando la unidad y quiénes no. Dicho esto creo que si no tenemos una política de unidad, una política amplia de diálogo con el otro y de conversación con aquellos sectores que no estaban adentro de un gran frente hasta ahora va a ser imposible.

¿Es el kirchnerismo un nuevo sujeto histórico? Brienza dice que no lo sabe, y agrega:  “Creo que el kirchnerismo es la mejor interpretación del peronismo hoy, es un nuevo estadio del movimiento nacional y popular, pero no sé si se puede, así sin más, agotar la identidad peronista y arrojarla al pasado. Creo que todavía hay mucha gente que se siente peronista y kirchnerista al mismo tiempo. Y no sé si apurar esos tiempos es una buena táctica”.

Y también advierte: “Quienes creen que el macrismo está debilitado y está desligitimado se equivocan. Creo que el macrismo es muy hábil para legitimarse y obviamente no es mayoritario pero sí mantiene una cuota de legitimación muy importante. No ver eso es ser más voluntarista que analista”.

Para Brienza es necesario un pacto: “Me refiero a un pacto social, económico, político y cultural que incluya a la mayoría de los argentinos. Pactar significa que estamos de acuerdo, no que a vos te bajo los sueldos y si no te gusta te mando la gendarmería, eso no es pactar. Es un pacto donde todos ganamos y algunos ceden, ¿no?, y todos cedemos. Creo que eso es lo que no se está dando en la Argentina. Y yo creo que es la clase dominante la que no quiere hacer el pacto. Ese pacto estuvo a punto de hacerlo en el 2001 porque nos unió el espanto en el 2001, pero después se bajó rápidamente la clase dominante de ese pacto”.