Comer asado es cada vez más caro y ya no es para todos: según un informe elaborado por la consultora Ecolatina y la especializada en investigación de mercados Key Market, el precio del manjar bien argentino aumentó 14,5 veces entre 2007 y 2017, mientras que el salario lo hizo 12,8. Así, mientras el sueldo promedio de un trabajador formal alcanzaba en 2007 para comprar 236 kilos de asado, ahora sólo permite obtener 206 kilos. 

Asimismo, el pollo y el cerdo mejoraron su posición relativa respecto al salario y hoy se puede comprar más cantidad que hace 10 años atrás.  No obstante, los incrementos de precios de los tres tipos de carne se ubicaron por encima de la suba del índice general de precios. 

El informe de las consultoras rebosa de optimismo respecto a la actualidad y el futuro del sector, y remarca que el cambio de la política macroeconómica y agroindustrial "generó mejoras condiciones para el sector cárnico, pero con la estabilidad del dólar hasta junio y el aumento de precios internos, la competitividad del sector se vio amenazada". En este sentido, la escalada de la cotización de la divisa estadounidense tras la salida del cepo y la eliminación de las retenciones a las exportaciones de carne (15% para la vacuna y 5% para la aviar y porcina) otorgaron mayor competitividad al sector exportador. 

No obstante, indican que el alza del precio interno del maíz tras la quita de retenciones, sumado a los aumentos autorizados de los combustibles y los incrementos de salarios, en un contexto de atraso del tipo de cambio, fueron deteriorando la competitividad externa. Sin embargo, agrega el trabajo, "para el segundo semestre de 2017 se espera un mejor desempeño del sector". "En el plano interno, la mejora del poder adquisitivo y la disminución del desempleo a partir de la reactivación de la economía, traccionaría la demanda interna impactando positivamente en la oferta del mismo", indica. 

Por otra parte, añade, "la actividad primaria se vería beneficiada por una cosecha récord de maíz, lo que presiona a la baja el precio del mismo y, en consecuencia, genera mayor rentabilidad en el sector de las carnes". En tanto, las exportaciones "mostrarían una mejor performance en las carnes vacunas y avícolas producto de la apertura de nuevos mercados y mayores niveles de competitividad provenientes del reciente incremento de los reintegros a las exportaciones".