Un grupo de amigos, embanderados con los colores del club de fútbol que los une, comparten la mesa de un bar mientras palpitan el partido. De repente, la pelota besa la red y todos se abrazan en un solo grito. Y lo mismo sucede en las mesas de al lado. La escena se repitió cada fin de semana en casi todos los puntos del país, hasta mediados de 2009, cuando el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner decidió que el Estado se hiciera cargo de las transmisiones de los partidos de la primera división del fútbol argentino y las convirtiera en gratuitas. Pero con el fin del Fútbol Para Todos y la irrupción de Fox-Turner como los nuevos dueños de la pelota, aquellas tardes y noches de bar parece que regresarán.

A partir de octubre, quienes quieran ver fútbol argentino deberán pagar un abono extra a su proveedor de televisión por cable. El costo del abono mensual rondará los 300 pesos, aunque algunas empresas ya advirtieron que sólo estará disponible para los clientes que paguen el servicio de HD. Ante semejantes costos, muchos rosarinos ya empezaron a pensar seriamente en volver a la vieja costumbre de la mesa de bar. Y en los bares, el inminente regreso de los futboleros ya genera miradas dispares.

Rosarioplus.com consultó a los titulares de tres bares de la ciudad, quienes coincidieron en ver como “un retroceso” el fin de la gratuidad de las transmisiones, aunque luego tuvieron opiniones diferentes respecto a la oportunidad que se le abre al sector gastronómico ante el nuevo escenario. Beltrán Ruiz de El Riel, Leo Santero de El Gran Chopp y Diego Dib, de El Born, aportaron sus puntos de vista y hasta expectativas disímiles para lo que se viene.

Lo que diga el cliente

Para el titular de El Riel, un pintoresco bodegón de Pueyrredón y Rivadavia, en el corazón de Pichincha, que el fútbol deje de ser gratuito es “algo negativo para la sociedad, un retroceso”. Y consideró que “de alguna u otra manera, con una buena administración se podría haber logrado mantenerlo, obviamente que hay otros intereses que son muy claros de generar un negocio para algunos”.

Ruiz, de cualquier modo, no cree que el regreso del fútbol codificado impacte en la fisonomía de su bar. “No creo que lleguemos a poner fútbol, salvo para algún evento como un mundial, porque no creo que vaya con el concepto del lugar”, aseguró. De cualquier modo, aceptó que “si no nos queda otra y la gente se va a otros lados para ver los partidos, habría que ver para dónde nos llevan los clientes, que un poco son los que ponen la filosofía del lugar”. “Si los parroquianos te lo vienen a exigir, lo empezás a ver de otra manera”, puntualizó.

Una oportunidad

Santero, por su parte, coincidió en que “socialmente” le parece “terrible, totalmente contraproducente”, el final del Fútbol Para Todos. Así y todo, admitió que “como gerenciador de un bar, me tengo que adaptar y amoldar a las reglas de juego”. “Sería un tonto de no poner el fútbol porque es una posibilidad de venta nueva que se abre, pero personalmente no lo comparto”, clarificó.

Para el empresario gastronómico, no será un problema para los bares del Paseo Pellegrini, del que es referente, adaptarse a los nuevos tiempos. “Todos los bares en Pellegrini tiene televisores, y algunos tienen pantallas”, apuntó. No obstante, advirtió que aquellos que no tienen televisores van a “pensar dos veces” la opción de incorporarlos. “Al costo de comprarlos e instalarlos le van a tener que sumar los tributos de Sadaic y Capif, más el codificador y el sistema de cable, los costos no van a bajar de los 5500 pesos”.

Mejor no

El bar El Born está ubicado a pocos metros de El Gran Chopp, pero la opinión de su responsable es completamente diferente a la de su vecino. Diego Dib remarcó que el espacio gastronómico cuenta con una identidad definida hace años y no piensa en grandes cambios por la vuelta del fútbol codificado. Entiende que contratar el servicio puede significar un gasto que luego no dará grandes dividendos y se manifiesta a favor del Fútbol Para Todos.

"Nosotros nunca nos dedicamos al fútbol y tampoco lo vamos a hacer ahora. Algunos se van a readaptar, posiblemente los lugares populares. Pero van a tener que pagar por todos lados", opinó. El encargado del bar de Pellegrini al 1500 opinó que por la situación económica que atraviesa el país "si una persona sale a ver un partido se tomará un café o un porroncito, pero no va a gastar una fortuna. Para eso se paga el decodificador en la casa".

Consultado sobre si la vuelta del codificado significará una oportunidad para otros espacios que estén dispuestos a invertir en pantallas y sonido, sentenció que "no habrá bares que vivan de eso". "Alguno puede sumar algo en los clásicos o con algún partido sobre el final del campeonato, pero no van a hacer la diferencia", concluyó.

¿Cuánto sale?

Desde octubre ver fútbol demandará un gasto extra y significativo. Es que no serán solamente 300 pesos como se especuló en un principio ni existirá una plataforma exclusiva (estilo Netflix) para acceder a las transmisiones de los partidos del fútbol argentino. Será necesario contratar un servidor de cable y deembolsar un extra.

Pagar ese abono dará la posibilidad de ver los encuentros en alta definición (el famoso HD) y de poder acceder a la programación exclusiva que tanto Turner y Fox (los ganadores de la licitación para televisarlo) ofrecerán desde el fin de semana del 20 de agosto: TNT Sports y Fox Sports Premium.

Las operadoras de cable más conocidas que funcionan en Rosario ofrecen paquetes que en algunos casos superan largamente los mil pesos sin incluir al fútbol. Las opciones más económicas (cable básico) rondan los 600 pesos, pero si se le agrega el servicio HD e internet se acerca a los mil. Otra empresa ofrece paquetes de entre 1300 y 1500 pesos, mientras que un servicio satelital puede costar unos 800 pesos por algunos meses y sin contar la instalación.