El ejemplo corresponde a la evolución salarial de los trabajadores estatales de Nación en 2016, aunque va en sintonía con la significativa pérdida del poder adquisitivo de la mayoría de los trabajadores. La paritaria en cuestión fue del 31%, desdoblada en tres cuotas: junio (7%), agosto (10%) y septiembre (14%), pero la inflación anual superó el 40%, según los cálculos oficiales y privados. Ese 9% de diferencia entre el costo de vida real y el sueldo percibido se traduce en 29.338 pesos, lo que equivale a una nómina entera de este sector.

Este deterioro salarial de “arrastre” explica, en gran medida, la dureza de casi todos los gremios en las negociaciones abiertas del 2017. Volver a quedar atrás de la inflación significaría un duro golpe para los bolsillos de los trabajadores. Vale recordar que el año pasado el gobierno buscó imponer un techo del 25% que quedó muy lejos de los aumentos de precios reales. Ahora, el poder Ejecutivo nacional fijó un 17% de aumento, una cifra muy baja dado que ya para marzo se espera un acumulado de 6,5%.

La consultora Ecolatina, fundada por el ex ministro de Economía Roberto Lavagna, estimó que la pérdida del poder adquisitivo en 2016 promedió el 6%. En la media, los sindicatos obtuvieron incrementos salariales en torno del 33%, por debajo del 40,5% de inflación promedio anual.

No obstante, la caída de los ingresos de los trabajadores no fue homogénea. Uno de los sindicatos que más perdió poder de compra fue el de la construcción (Uocra), con una contracción de 11% del salario real. Para la consultora se trata de una “caída relevante” ya que se trata de uno de los gremios más representativos del país.

La pérdida de poder adquisitivo de los empleados de la construcción fue seguida por la del Sindicato de Empleados Textiles de la Industria y Afines (Setia).  Los ingresos reales de este sector se resintieron en un 9,6% durante 2016.

Los empleados de comercio, que nuclea a más de un millón de trabajadores, retrocedió un 8,6%.  El sindicato de los gastronómicos  (270.000 trabajadores), liderado por Luis Barrionuevo, cercano al gobierno nacional, experimentó una contracción levemente inferior al 8%, un número similar al registrado por los afiliados al sindicato de camioneros (170.000), de Hugo Moyano.

Entre los sindicatos que exhibieron la menor caída promedio de sus ingresos reales el año pasado aparecen los bancarios, el único gremio que logró “empatar” con la inflación; Uatre, que agrupa a los trabajadores rurales, con una merma de 2,7% anual dadas las mejora de rentabilidad del campo tras la devaluación);  Smata, que registró una caída de 3,4% en el año para los empleados asociados a la industria automotriz; y UPSRA (agrupa al personal de seguridad), con una merma de 4,7%.

El "arrastre" en los gremios locales

Esta semana, dos gremios provinciales pararán en pos de alcanzar una mejor recomposición salarial. Martes y miércoles lo harán los trabajadores municipales de Santa Fe, nucleados en Festram, y miércoles y jueves saldrán a la calle los docentes de Amsafé, Sadop y Coad.

En las últimas horas, el Gobierno santafesino realizó una nueva oferta a los sindicatos de ATE y UPCN, con un aumento de sólo el 1,5% respecto de la anterior oferta (21% desdoblado), que fue rechazada. El descontento se tradujo en un paro total de actividades para el miércoles.

En el primer caso, el aumento del 2016 fue de un 33%; mientras que en el segundo y tercero el incrementó rondó entre un 32 y 35%. Los dirigentes de estos gremios están molestos porque la administración provincial, en sintonía con el planteo de Casa Rosada, “se niega a discutir la pérdida del poder adquisitivo del año pasado”.

La asociación de usuarios y consumidores Centro de Estudios Sociales y Acción Comunitaria (Cesyac), una asociación civil sin fines de lucro que mes a mes mide la evolución de la canasta básica en Rosario, determinó en diciembre una variación anual del 39,51%. A fines de 2015 una familia tipo necesitaba 15.465 pesos para vivir. Un año más tarde el gasto trepó a 21.575.

En el detalle, los 50 productos de consumo masivo (alimentación y artículos de limpieza y aseo personal) tuvieron un alza promedio del 41,19%, y los 19 servicios básicos para el hogar (alquiler, impuestos, servicios personales y de la vivienda, y transporte, aumentaron en promedio un 38,80%.

Ahora bien, más allá de este declive salarial que asoma como difícil de recuperar, ninguna propuesta en estos primeros meses del año supera el 21% de aumento, una cifra que por las primeras mediciones empieza a quedar, otra vez, lejos de la realidad.

Según Cesyac, el acumulado de incremento en los dos primeros meses del 2017 fue del 5,43%. En febrero, última medición, la canasta básica se elevó un 2,29%. Entre los rubros con más aumentos aparecen la cuota de los clubes (34,76%), Aguas Santafesinas (28%), Prepagas (6%), y Bebidas (10,97%). De continuar este rito, la inflación anual superará el 30%.

De ahí que los gremios que empiezan sus discusiones en abril ya hayan adelantado un piso del 25%. La UOM va por un 30% de suba en la nómina, según confirmó Francisco “Barba” Gutiérrez, secretario de Relaciones Internacionales de ese sindicato. Y los trabajadores ferroviarios un 26% más un bono del 6% por lo perdido en 2016.