Cuando Trump dijo en campaña, allá lejos y hace tiempo, que quería construir un muro a lo largo de toda la frontera con México para poner un freno a la inmigración, el mundo se le rió en la cara. Pero, dicen, el que ríe último ríe mejor: el magnate llegó a ser presidente de los Estados Unidos y los planes para llevar adelante el cuestionado muro son cada vez más concretos. Según las últimas novedades, se empezaría a levantar en los próximos meses.

Aún en el medio de bombardeos y amenazas cruzadas con el líder norcoreano, el gobierno estadounidense sigue teniendo tiempo y energía para pensar en el muro. Así lo demostró John Kelly, secretario de Seguridad Interior del gobierno de Trump: "Creo que a fines de la primavera, principios del verano, tendremos ya algunos prototipos", dijo en un video para las redes sociales de Fox News. Esto quiere que decir que para el comienzo del invierno meridional, durante el próximo mes de julio, estarían dadas las condiciones para empezar a levantar la pared. Además, anticipó que iba a estar visitando El Paso, Texas, y San Diego para "observar las operaciones en la frontera sur".

El plazo para presentar proyectos de diseño cerró el pasado lunes y Trump afirmó ya haber revisado unas diez de las más de cien propuestas recibidas. Según trascendió, las ideas son variadas y van desde construcciones tradicionales, similares a la muralla china, a concepciones basadas en 1000 kilómetros de paneles solares, un foso con desechos radioactivos y hasta una pared de hielo, inspirada en la popular serie de televisión "Juego de Tronos". 

En una línea de diseño un poco más "amigable" y razonable está el proyecto de la arquitecta venezolana residente en Nueva York, Victoria Benatar, quien propuso un "anti-muro", donde se aproveche el espacio común entre los dos países para brindar oportunidades de desarrollo que amortigüen la migración indocumentada desde México. 

El presidente estadounidense anticipó que va a tomar una decisión final "muy pronto". El plan es construir el muro en tres tramos en un plazo de tres años y medio. La idea, no obstante, plantea dudas logísticas debido a las dimensiones de la obra así como por el costo, que podría triplicar el presupuesto inicial de 12.000 millones de dólares estimado por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS).

Pocos días atrás, el canciller mexicano Luis Videgaray se había referido al tema en diálogo con la agencia de noticias Europa Press: "Estados Unidos tiene un derecho pleno y soberano de proteger las fronteras de la forma que decida", reconoció el mandatario, a la vez que aseguró que el muro "no es un tema de la agenda bilateral". Por su parte, el mandatario está más interesado en priorizar "la coordinación" con sus vecinos del norte ante el endurecimiento de las políticas migratorias que tienen en jaque a más de 35 millones de inmigrantes mexicanos en suelo estadounidense.

(Télam)