El papa Francisco arribó este miércoles a Polonia y denunció que "el mundo está en guerra pero que "todas las religiones quieren la paz"; al tiempo que pidió "solidaridad" y "superar los temores" para gestionar el "fenómeno migratorio", al hablar con periodistas en su primer día de visita al país del este de Europa.

"No tenemos miedo de decir esta verdad: el mundo está en guerra, porque ha perdido la paz. Cuando hablo de guerra hablo de guerra en serio, no de guerra de religiones", dijo el Pontífice a periodistas que lo acompañaron en el aéreo desde Roma. "Guerra de intereses, guerra por el dinero, por los recursos de la naturaleza, por el dominio de los pueblos. Estos son los motivos. Todas las religiones quieren la paz, las guerras las quieren otros", sostuvo el Pontífice, tras saludar a los medios y condenar el asesinato cometido ayer en Francia contra un sacerdote.

"Decimos hace tiempo que el mundo está en una guerra en partes. Después de la del 14, de la del 45, ahora esta, que quizás no es tan orgánica, pero sí organizada", aseveró en esa dirección antes de llegar a Cracovia para participar de la XXXI Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), para la que llegaron más de 5.000 argentinos.

Francisco llegó al aeropuerto Juan Pablo II de Cracovia a las 16 locales (11 de Argentina) y en el primer discurso de los diez que dará durante su visita de cinco días, el Obispo de Roma recordó al Santo polaco y pidió “solidaridad” para gestionar la migración.

“Todas las actividades están implicadas: la economía, la relación con el medio ambiente y el modo mismo de gestionar el complejo fenómeno de la emigración”, aseveró el Pontífice ante las autoridades polacas en el Complejo Wavel.

El fenómeno “requiere un suplemento de sabiduría y misericordia para superar los temores y hacer el mayor bien posible”, agregó frente al presidente Andrzej Duda, quien mantiene posturas de fronteras cerradas para los migrantes y sufre una fuerte emigración de la población polaca hacia los países del oeste europeo.

Este jueves, Francisco visitará el Santuario de la Madonna negra de Czestochowa, a unos 100 kilómetros de Cracovia. Luego ofrecerá una misa por los 1050 años del bautismo de Polonia y luego tendrá su primer encuentro formal con jóvenes que participan de la JMJ, tras recibir las llaves de Cracovia y llegar al céntrico parque de Blonia en un tranvía eléctrico junto a autoridades y jóvenes discapacitados.