La intención del Frente Progresista, el bloque del PRO y otros concejales de dar marcha atrás con el proyecto que prohíbe el uso del glifosato en Rosario los dejó expuestos a los cuestionamientos, ya que hace sólo dos semanas habían aprobado lo contrario. La justificación vino por el lado de un “apresuramiento” al aprobar la ordenanza original, mientras que otros concejales cargan contra el el lobby de las entidades rurales y denuncian un pacto entre las fuerzas políticas.

“Hago el mea culpa públicamente. De manera apresurada aprobamos una prohibición del uso del glifosato. No le pusimos la atención que deberíamos haber prestado. Era tribunera la ordenanza que aprobamos la semana pasada. No nos dimos cuenta del impacto y repercusión que podía tener en una ciudad como Rosario”, se sinceró en Sí 98.9 Carlos Cardozo, concejal del PRO para fundamentar el cambio radical en 15 días: de prohibir el herbicida a hacerlo permisivo.

Cardozo rápidamente se defendió de las acusaciones de haber sido fácilmente permeables a la presión de la Bolsa de Comercio, Sociedad Rural, Acsoja, Aapresid y demás entidades rurales. “No el lobby, sino el sentido común nos hizo cambiar el voto”. Es que explica que si no modifican lo aprobado, se van a usar otros agroquímicos peligrosos sin “banda verde”.

Por su parte, la socialista Verónica Irizar planteó algo similar al reconocer que "le faltó debate” y “no se escucharon a otros actores en el tema”.

Una de las críticas que se escucharon este viernes es la forma apresurada por la que se llegó a modificar el proyecto, teniendo en cuenta que aún no fue promulgado por la intendenta Mónica Fein. Por eso sostienen que primero debería haber sido vetado o promulgado por la intendenta para luego avanzar en una modificación.  

El concejal del PRO entendió lo contrario: “No era justo, y era imprudente tirarle todo el peso a Mónica Fein. Podríamos haber dicho: usted tiene la responsabilidad de vetarla. Pero aclaro que esto va a discusión de comisiones, no se aprobó nada aún”.