La obra junto al Arzobispado, que generó el repudio de algunos miembros de la Iglesia y derivó en insultos y amenazas para los artistas, será modificada. El dueño del kiosko de revistas que ordenó el trabajo ya lo había confirmado pese a que los muralistas no veían razones para hacerlo. Ahora, desde la Arquidiócesis de Rosario manifestaron que ellos nunca solicitaron que la pintura desaparezca.

“Ya pasó. El hombre del kiosko nos explicó que se trataba de una canción y que cambiará la expresión”, contó a Rosarioplus.com el encargado de la comunicación del Arzobispado, Rubén Bellante. Afirmó también que el mural sufrirá modificaciones por iniciativa del propio puestero, quien se comunicó personalmente con Monseñor Eduardo para aclarar la situación y evitar un conflicto.

Bellante también intentó quitarle dramatismo a la situación y hasta dijo que le agradan las expresiones artísticas del estilo utilizado en la esquina de Córdoba y España. “La obra no nos provocó ningún escozor. A mí me gusta el arte urbano, pero el lugar elegido era hasta gracioso”, manifestó entre risas.

“Alguien pasó un domingo a la mañana, sacó una foto y nos avisó. Pero no pasa nada. La relación que hay con el hombre del kiosko es buena”, concluyeron desde el Arzobispado.

La polémica, que parece haber llegado a su fin, comenzó la semana pasada cuando los artistas Ulises Baine y Dimas Nota pintaron el kiosko de diarios ubicado junto al Arzobispado. Fieles que advirtieron la situación mostraron su bronca y según denunciaron los muralistas también hubo amenazas telefónicas hacia ellos. Ahora, con todas las partes en comunión, parece que las calaveras y diablitos tendrán que irse.