Las inundaciones fueron el gran tema en las últimas semanas. Y más allá de las drásticas consecuencias que dejaron los recientes temporales, la pregunta es por qué la ciudad (y buena parte de la región) la pasa tan mal cada vez que diluvia. En ese sentido, muchas voces coinciden en que debe prestarse especial atención a la preservación de espacios naturales y pronto ingresará al Concejo Municipal una propuesta para que el Ejecutivo tome el control de los mismos y avance en la creación de un nuevo cinturón verde de seguridad.

La idea pertenece al bloque Ciudad Futura, espacio para el cual la prevención de las inundaciones debe pensarse a partir de la geografía de la ciudad, según manifestaron. “Rosario posee el 13% de su superficie en zona inundable producto de los valles de inundación del arroyo Ludueña (al norte) y del arroyo Saladillo (al sur). El primero con un total de 1860 hectáreas y el segundo con poco más de 400. Este proyecto busca apostar a una planificación racional y sustentable de la ciudad en base a su realidad natural”, explicaron los concejales.

El bloque de ediles coincide con organizaciones ecológicas y especialistas en cambio climático en que las últimas lluvias “ya no son extraordinarias”, por lo que “no se puede seguir usando esto como excusa”. Cuestiones como el monocultivo y las nuevas urbanizaciones, además de la cada vez más grande cantidad de agua que llega a la ciudad desde otros puntos de la región, son en realidad parte de la explicación.

Para Ciudad Futura “el verdadero peligro a prevenir en Rosario es el posible desborde de los arroyos” y para eso, más allá de las obras (las ya ejecutadas y las proyectadas), el Estado debería tomar el control de las zonas inundables que todavía no han sido urbanizadas para que funcionen de reserva, garantizando la absorción y evitando el avance de nuevas construcciones.

En síntesis, el proyecto solicita que las tierras que aún no están urbanizadas en esas zonas inundables sean expropiadas por el Estado para construir “un cinturón verde de seguridad, fijando nuevos usos y modos de gestión del suelo”. Así, la Municipalidad podrá tener un control real y efectivo sobre esos terrenos con el fin de evitar especulación y las posibles modificaciones artificiales. La idea es que allí se desarrollen parques, espacios productivos, deportivos y de esparcimiento, todo bajo distintas formas de gestión pero siempre bajo la órbita pública.

“Así protegemos a los rosarinos de amenazas realmente graves, planificando a largo plazo y en base a la realidad geográfica que existe en nuestro territorio y no modificando la realidad en base al poder del dinero. Esa es la única forma de solucionar de manera definitiva el tema y no estar lamentando víctimas en la “tragedia” y que todos olvidan cuando ya no sale en los medios”, concluyeron los ediles.