Según un informe de la Organizaciones de las Naciones Unidas (ONU), el hambre volvió a aumentar en 2016 tras años de descenso, afectando a unos 815 millones de personas, el 11 % de la población mundial.

El número de personas con desnutrición crónica aumentó respecto al 2015, aunque se mantiene por debajo de los 900 millones del año 2000, según el nuevo estudio realizado por varias agencias de Naciones Unidas sobre el estado de la seguridad alimentaria en el mundo.

La ONU destacó que estas estimaciones podrían reflejar un cambio de tendencia en la evolución del hambre, que se fue reduciendo de forma constante durante más de una década y que en 2016 empeoró, sobre todo en África subsahariana (con el mayor porcentaje de personas desnutridas), el Sudeste Asiático y Asia occidental.

Se calcula que en 2016 casi 520 millones de personas padecían hambre en Asia, unos 243 millones en África y 42,5 millones en América Latina y el Caribe, donde hay signos de que la situación está deteriorándose.

El informe advierte de la coexistencia entre las distintas formas de malnutrición, con países que experimentan a la vez altas tasas de desnutrición infantil, anemia en mujeres y obesidad en adultos, esto último al alza en todas las regiones.

Esas cifras reflejan la dificultad de acabar con el hambre y la malnutrición a nivel global para 2030, uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible a los que se comprometió la comunidad internacional en 2015, ante lo que la ONU instó a abordar las causas del problema y asegurar la paz, la inclusión social y la ayuda humanitaria inmediata.

(EFE)