Eduardo Torres, Leandro Pérez, Jonathan Zárate, Maximiliano De Gaetano, Marcelo Jaef y Roberto Aymo fueron trasladados el lunes a la Unidad Penitenciaria Nº 11 de Piñero. Se trata de los seis detenidos con prisión preventiva efectiva en la denominada megaestafa, que quedaron alcanzados por el proceso de reubicación de detenidos desde comisarías a unidades del Servicio Penitenciario, ordenada por el Ministerio de Seguridad.

A la mayoría de los 290 reclusos que fueron trasladados se les asignó una ubicación en la cárcel de Piñero, donde la semana pasada se sumaron dos módulos que demandaron casi un año de construcción. Allí permanecerán los implicados en la megaestafa que hasta el momento no lograron zafar de las rejas ni por fianza ni por domiciliaria.

La decisión causó malestar en las defensas y por diversos motivos. Los abogados manifestaron que “en una causa como esta es importante estar en contacto permanente con el cliente y ahora se hará más difícil”, aunque ese no es el único motivo de enojo.

Fuentes de la defensa remarcaron estar disconformes con el traslado principalmente por las condiciones en las que se encuentran los nuevos pabellones en los que, según aseguraron, todavía resta trabajo por hacer. “Estamos alerta, no nos gusta que esta gente esté ahí y no es solamente porque se trate de personas con cierto poder económico”, concluyeron.

Torres, Pérez, Zárate, Jaef, Aymo y De Gaetano son los seis implicados que se mantienen con prisión preventiva efectiva, aunque éste último cuenta con la posibilidad de dirigirse a su domicilio de Pueblo Esther excepcionalmente el día 31 de diciembre (ya lo hizo el 24) y volver al día siguiente, con motivo de la fiesta de fin de año.

En la causa ya fueron liberados el gerente del diario La Capital Pablo Abdala y el agente bursátil Jorge Oneto pero siguen imputados en la causa penal. En tanto se encuentran bajo la figura de prisión domiciliaria los escribanos Juan Bautista Aliau y Luis María Kurtzeman (h), acusados de falsificación ideológica de instrumento público, y Ramona Rodríguez, encausada como primer enlace de las maniobras fraudulentas, de la mano de su marido, Roberto Aymo.