Descontracturada, natural, espléndida, incluso feliz. Esas son las sensaciones que desprende Marilyn Monroe en estas fotografías, las últimas que le tomaron, justo tres semanas antes de que fuera hallada muerta en su casa de Los Ángeles.

Fue George Barris, reconocido fotógrafo estadounidense, quien enfocó y apretó el disparador de su cámara para tomar estas instantáneas que muestran a una Marilyn en un ambiente relajado, en la playa de Santa Mónica, el 13 de julio de 1962.

 

La actriz juega con la arena, se abriga en la puesta de sol cuando comienza a refrescar, posa sonriente y despeinada. Sus ojos pintados, alegres, no hacían presagiar el terrible final que tendría la rubia más famosa de la historia tan solo unos días después.

Barris nunca mostró estas imágenes hasta 1999, cuando hizo una serie limitada de las imágenes, que el próximo 4 de junio saldrán a la venta en una subasta en la casa Bloomsbury Auctions de Londres.