El discurso y las políticas proteccionistas de Donald Trump produjeron un vacío de poder que ya se está tratando de llenar. Esta suerte de “retiro” de la primera potencia mundial, supuso para el gobierno chino una nueva oportunidad, la cual está intentando explotar. 

La propuesta china para ampliar el grupo BRICS, integrado además por Brasil, Rusia, India y Sudáfrica, apunta a que Pakistán, Bangladesh, Irán, Nigeria, Corea del Sur, México, Indonesia, Turquía, Filipinas y Vietnam ingresen al bloque. Con todos esos países, China mantiene importantes vínculos comerciales y políticos.

Qué son los BRICS y por qué quiere ampliarse

BRICS es el acrónimo de la asociación económica y comercial que reúne a las cinco economías emergentes más importantes del planeta. Como entidad real comenzó a existir en 2008 y Sudáfrica se incorporó en 2011. Sin embargo, el poder económico y comercial que reúnen estos países emergentes, también tiene una impronta política.

El modelo de desarrollo de los BRICS no se basa solamente en el incremento de los flujos comerciales, sino que apunta a desarrollar inversiones estratégicas hacia el futuro. Una buena parte de los países cuya incorporación se plantea está en el ámbito del proyecto de inversiones en infraestructura y comunicaciones euroasiáticas que se ha dado en llamar la “Nueva Ruta de la Seda”.

Esta apuesta por las inversiones en infraestructura y comunicaciones serviría para impulsar el desarrollo en sintonía con la postura China de implementar políticas que no impliquen que lo que gane un país lo pierda otro, sino que entre todos se sumen propuestas y se generen proyectos que redunden en beneficios mutuos.

En el actual contexto político global, caracterizado por la crisis de la Unión Europea (UE) uno de los principales actores políticos y económicos planetarios, y el ostracismo al cual Trump parece conducir a los Estados Unidos, resulta lógico que los BRICS se planteen opciones de ampliación, intentando superar la tradicional hegemonía de estadounidenses y europeos.

El Acuerdo Transpacífico -TPP por su sigla en inglés- supuso un intento por sostener el predominio estadounidense en la región Asia-Pacífico. Pero el viraje político que supuso la derrota de los demócratas y el triunfo de los republicanos, lo cambió todo. Trump rompió dicho acuerdo, produciendo un clima favorable para que, en sustitución de ese espacio, los BRICS aparezcan cumpliendo un rol mucho más relevante ante la comunidad internacional.

Hasta ahora, los BRICS fueron una referencia para otros países emergentes y un contrapeso frente a la postura dominante exclusivamente occidental de los Estados Unidos y la UE. Pero ahora tienen la posibilidad real de convertirse en un poder efectivo, más heterogéneo e inclusivo, con capacidad de conducir el orden económico mundial.

Por lo tanto, si los BRICS consiguen ampliar de forma sustancial su base de pertenencia y el número de países que lo integran, y lo hacen de manera estable, podrán generar un poder y una influencia política, económica y cultural de impacto global, y en pocos años podrían convertirse en el bloque que derrame poder sobre todo el mundo.

El secreto es el equilibrio

La selección de países propuestos por China también podría causar tensiones entre los cinco miembros del grupo, motivo por el cual, la expansión deberá plantearse de un modo que no atente contra los equilibrios internos. El gobierno hindú es el que recibió con más recelo la lista propuesta por su par chino, integrada mayoritariamente por naciones cercanas al gigante asiático. Varios de los candidatos no tienen una relación fácil con India. El caso más notorio es el de Pakistán, país con el cual India mantiene una disputa territorial por la región de Cachemira, con el agravante de que ambas son potencias nucleares.

La realidad es que ya existe un desequilibrio interno puesto que el poder económico y la capacidad de generar alianzas de China son notoriamente mayores que el de los otros países, dado que es la mayor potencia económica dentro del bloque. India está casi aislada en cuanto a su capacidad de buscar posibles nuevas incorporaciones dentro de sus aliados. Entonces no va a ser sencillo gestionar la ampliación de una manera que resulte complaciente para todos.

Es por eso que los límites que Rusia, Brasil, India y Sudáfrica puedan oponerle al mayor poder de China, es lo que marcará el pulso del equilibrio del grupo fundador. En otras palabras, los cuatro socios deberán negarse a aceptar la propuesta china en su totalidad y deberán fijar criterios para incorporar a sus propios candidatos.

¿Argentina socio potencial?

De acuerdo a lo anterior, Brasil bien podría llevar a la Argentina al seno de los BRICS. En 2014 la expresidente Cristina Fernández de Kirchner fue invitada a participar a la reunión plenaria del grupo en Fortaleza, lo que constituyó un gesto en ese sentido.

Más cerca en el tiempo, la actual canciller Susana Malcorra, expresó en una reunión en Rusia, que el país estaba dispuesto a debatir el ingreso en el grupo en el caso de que esa propuesta fuera formulada.

Si el gobierno de Mauricio Macri se condujera con astucia, podría aprovechar la debilidad coyuntural de Brasil -producto de la crisis económica y política que atraviesa- para presionar al gobierno de Michel Temer y lograr que la Argentina sea propuesta para sumarse a los BRICS. Temer le debe al presidente argentino su apoyo inmediato desde que Dilma Rousseff fue apartada de su cargo y es su principal aliado fuera de Brasil.

El contexto internacional es propicio, falta una decisión del gobierno argentino para sumarse al grupo de países emergentes que aspira a gobernar el mundo.