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Una extensa cola en la fila para usar el baño o la imposibilidad de tener algún toilette cerca provoca que la persona en "apuros" deba “aguantar” la orina. Esta situación extrema y engorrosa a veces puede causar problemas mayores a mojar los pantalones.

Según estadísticas médicas, cada persona acude a orinar entre 4 y 6 veces al día. El impulso por miccionar surge cuando la vejiga contiene cerca de 200 mililitros, sin embargo la sensación de urgencia se siento cuando este valor alcanza los 500 mililitros.

Si bien se puede aguantar un buen tiempo sin abrir el esfínter, al superar los 1000 ml acumulados puede llegar a producirse algún tipo de lesión que implique una cirugía reparadora. Sin embargo, esto sólo se produce en casos muy raros.

Lo que sí podría ocurrir es que contener el pis durante demasiado tiempo o bien forzar la salida de la orina demasiado rápido con el tiempo puede debilitar el trabajo del cabestrillo muscular. Esto puede implicar dolor en la vejiga o incontinencia urinaria. Otra de las lesiones que pueden ocurrir, es que las bacterias colonicen el tracto urinario, ya que la orina actúa como “sistema de limpieza”.

“Aguantar la orina alguna vez porque estás en el coche o no puedes ir al baño no es malo, siempre y cuando no se convierta en una costumbre o algo crónico. Estar todo el día fuera de casa y no ir hasta que vuelves, sí que puede provocar unos daños en la vejiga y ser motivo de infección, sobre todo para las mujeres que tienen la uretra más corta”, afirmó David Salinas, urólogo del Centro Médico Teknon.

Estas retenciones pueden provocar cálculos en los riñones e incluso en la vejiga o favorecer el reflujo de la orina. Es decir, que esta vuelva a los riñones y dilatarlos.

Por último, es importante no confundir el simple aguante voluntario, con patologías como la retención urinaria crónica, “cuando al orinar no se vacía por completo la vejiga”, según explicó a medios locales el urológo británico George Yardy, de Ipswich Hospital, en Inglaterra.