El vuelo que dejó a dos pilotos sin trabajo por cargar a una mediática en la cabina fue, desde que tomó estado público, un hashtag: #ElVueloDelEscándalo. La etiqueta propuesta por la señal satelital Todo Noticias para difundir hasta el hartazgo el video casero grabado por una mujer exuberante  de la raza de los mediáticos –personas sin ninguna capacidad y/o habilidad que aparecen en cámaras para generar algún que otro escándalo-  tuvo desde la emisión una hipótesis cargada de juicio. El video posee una contundencia verosímil que no permite discusión: todos los pasajeros del vuelo estuvieron en riesgo.

 

La empresa Austral Líneas Aéreas Cielos del Sur SA no tardó en reaccionar. El costo de una eventual demora podía multiplicar el costo del escándalo viral-mediático. Los pilotos del vuelo de Austral y la vedette Victoria Xipolitakis fueron acusados bajo el cargo de "atentado contra la seguridad de naves o aeronaves". Los pilotos fueron despedido de sus cargos y a la mediática se la sancionó con una prohibición de cinco años para volar en Aerolíneas Argentinas y Austral. ¿Pero qué hubiera pasado si el video no se hubiera sido grabado?

 

Este texto no es una defensa ingenua hacia la irresponsabilidad de los pilotos sino es una lectura en plena época de videomanía colectiva. El video del escándalo es un capítulo más del reality show  transmedia que Xipolitakis ha montado sobre su vida entera. Pero hay que estar atentos a la utilización política de aquellos quienes pretenden analizar las políticas de seguridad de una empresa área del Estado bajo la óptica de un silogismo: Todos los hombres son mortales, Sócrates es hombre, Sócrates es mortal.

 

Cambie ‘hombres’ por ‘pilotos de Aerolíneas’, ponga el nombre de los pilotos en lugar de ‘Sócrates’ y en vez de mortal escriba un epíteto contundente como por ejemplo ‘irresponsables’, ‘imprudentes’, ‘suicidas’.  Vale decir que Mariano Recalde, Presidente de Aerolíneas, quien no estuvo en la cabina del escándalo, sí estuvo en el centro de las críticas. Recalde es candidato a Jefe de Gobierno por el Frente para la Victoria. Las elecciones están cerca. Y Recalde habló: "En este momento estamos reunidos con el comité de crisis y la gerencia de recursos humanos para evaluar la situación”. También aseguró que se trata de un hecho "único" y que la seguridad de los vuelos comerciales es algo que no se perdió ni siquiera en las peores épocas de la privatización".

 

La reputación online es la construcción de una imagen de una persona, una institución o una empresa en la web y en las redes sociales. Muchas veces esa construcción es un velo que esconde más de lo que muestra, aunque es posible en 140 caracteres o en un video de un par de minutos mostrar la verdadera cara más allá de la reputación. En el caso del vuelo del escándalo existe una doble responsabilidad: por un lado el ingreso de la mediática a la cabina y, por otra parte, la grabación del video que legitima el linchamiento mediático.

 

Hace algunos meses el diario El País de España publicó un artículo de Jordi Soler denominado: “Linchamientos virtuales. Las redes sociales amplifican el poder devastador de la vergüenza y el escarnio públicos. Cualquier desliz puede arruinar su vida digital”, en donde narra algunos casos de impertinencia verbal en las redes.

 

Entre ellos aparece el de la exdirectora de comunicación de InterActive Corp, Justine Sacco, que fue despedida tras haberse burlado en Twitter de las víctimas de sida en África. "Me voy a África. Espero no contraer sida. Es broma. ¡Soy blanca!", tuiteó Sacco antes de abordar un vuelo a Sudáfrica. En aquel entonces ella tenía sólo 200 seguidores, pero el tuit fue  reenviado a un empleado del sitio Buzzfeed.com quien lo replicó.  Al aterrizar, Sacco borró su mensaje y su cuenta de Twitter pero el torrente nopodía frenarse. #JustineSacco  fue 'hashtag' y TT. Luego, la despidieron.  

 

Pero en Argentina hubo casos autóctonos. Hace algunos años se desató una fuerte polémica luego del despido de un periodista de la señal televisiva Todo Noticias (TN). El motivo aparente, la publicación de un tuit con tinte racista. Un periodista que hasta entonces se desempeñaba como productor, publicó en su cuenta personal de Twitter el siguiente mensaje: “Muy cargada la Av Gral Paz desde Cabildo sentido Riachuelo y a paso de hombre a la altura de Negropolis”. El exproductor de TN hacía referencia a la muestra de ciencia Tecnópolis. ¿Qué es lo que se juzga? ¿La actitud de profesionales en las redes o un pensamiento racista que eventualmente preexiste a la publicación?

 

Sea cual fuera el elemento de juicio de algo hay que estar seguros. Una persona no compromete a la totalidad de una empresa. No es posible defenestrar a un colectivo periodístico por la estupidez y la falta de ética profesional de un productor. Como en el #ElVueloDelEscándalo, el hashtag que no sólo pretende hundir a dos pilotos y a una mediática.