Tras anunciar las modificaciones en el Impuestos a las Ganancias para los trabajadores, el Gobierno nacional deslizó la posibilidad de avanzar en  una progresiva reducción de la jornada laboral.

La iniciativa que fue planteada por la ministra de Trabajo de la Nación, Raquel "Kelly" Olmos, ya cuenta con varios proyectos que fueron presentados por legisladores en el Congreso Nacional. Además, otros países, entre ellos Chile, ya implementó modificaciones en la cantidad de horas semanales que los empleados destinan a sus labores remuneradas.

En Diputados, se encuentra el proyecto impulsado por el diputado nacional por el FdT y secretario general de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky, que debería ser debatido en la comisión de Legislación del Trabajo de Diputados, que preside la oficialista Vanesa Siley, junto a otras iniciativas vinculadas a la jornada de trabajo.

"Planteamos reducir horas en la jornada laboral de manera tal que la semana se completen 40 horas de trabajo", había expresado Yasky sobre su iniciativa que plantea una semana laboral con un máximo de 8 horas diarias y no más de cuarenta horas semanales.

La intención del oficialismo es convocar para el debate a empresarios para "terminar con el prejuicio de muchos de ellos que escuchan hablar de reducción de jornada laboral y lo rechazan a libros cerrados, sin atender razones que incluso desde el punto de vista empresario, también los beneficia", explicó Yasky.

También, en la cámara baja, hay otro proyecto de la diputada y dirigente de la Asociación Bancaria, Claudia Ormaechea, que plantea una reducción a 36 horas; y otras iniciativas en ese sentido, impulsadas por un lado por el diputado del FdT, Eduardo Valdés y un texto de Sergio Palazzo, por otro, así como otra propuesta del socialismo impulsada por Mónica Fein y de Enrique Estévez.

Asimismo, en el Senado de la Nación, el oficialista porteño Mariano Recalde ingresó, a principio de mayo, una serie de proyectos de ley que apuntan a reformar las normas laborales vigentes, entre ellos uno que impulsa la reducción de la jornada de trabajo de 48 a 36 horas semanales, con el objetivo de promover la semana laboral de cuatro días.

En ese sentido, se reducen todos los máximos legales: régimen diurno, nocturno, trabajo insalubre y regímenes especiales.

Según el autor, esta reducción "permitirá mejorar la distribución del trabajo existente y crear empleo, incrementar la productividad, mejorar la calidad de vida, disminuir los accidentes, reducir los costos empresarios, el impacto ecológico y sanitario".

Otro de los proyectos crea 40 juzgados y 5 salas en el ámbito de la Justicia Nacional del Trabajo para reducir el período de sustanciación de los juicios laborales.

El tercer proyecto es el que crea el Código del Trabajo, para que toda la normativa laboral se unifique en un solo volumen, "para facilitar su conocimiento y aplicación".

Recalde propone además la "licencia para personas menstruantes", que justificó por ser "una demanda de distintos colectivos feministas y profesionales de la salud".

El proyecto "garantiza una licencia remunerada durante el período menstrual, para disminuir las brechas de género que existen en los ámbitos laborales".

Experiencia en otros países

En febrero del 2022, los empleados belgas ganaron el derecho a realizar una semana laboral completa en cuatro días, en lugar de los cinco habituales, sin pérdida de salario.

El proyecto de ley entró en vigor el 21 de noviembre, permitiendo a los empleados decidir si trabajan cuatro o cinco días a la semana. Pero esto no significa que vayan a trabajar menos: simplemente condensarán sus horas de trabajo en menos días.

“El objetivo es dar más libertad a las personas y a las empresas para organizar su tiempo de trabajo”, había comentado el Primer Ministro belga, Alexander de Croo, sobre la propuesta.

Por otro parte, las empresas del Reino Unido que han probado la semana laboral de cuatro días calificaron al experimento de "extremadamente exitoso".

Decenas de empresas han participado en el programa piloto de seis meses, que se puso en marcha el 6 de junio de 2022, para estudiar el impacto de la reducción de la jornada laboral en la productividad de las empresas y el bienestar de sus trabajadores, así como el impacto en el medio ambiente y la igualdad de género.

Unas 61 empresas británicas y más de 3.300 empleados se inscribieron en el programa, dirigido por investigadores de las Universidades de Cambridge y Oxford y del Boston College, así como por los grupos sin ánimo de lucro 4 Day Week Global, 4 Day Week UK Campaign y el think tank británico Autonomy.

De las empresas que han participado, el 92%,ha decidido mantener la semana laboral de cuatro días tras el periodo de prueba, calificando el proyecto piloto de "gran avance". Se espera que los empleados sigan el "modelo 100:80:100": el 100% del salario durante el 80% del tiempo, a cambio del compromiso de mantener al menos el 100% de productividad.

El programa piloto del Reino Unido es uno de los varios que está llevando a cabo en todo el mundo 4 Day Week Global, que aboga por una semana laboral más corta. "Se van a poner en marcha programas similares en Estados Unidos e Irlanda, y están previstos otros en Canadá, Australia y Nueva Zelanda", había declarado Joe Ryle, director de la campaña 4 Day Week UK. Asimismo, en Escocia, está previsto que el Gobierno ponga en marcha un ensayo en 2023 y Gales también está estudiando la posibilidad de hacerlo.

Otro caso de éxito se registró en Islandia, donde se llevó a cabo (entre 2015 y 2019) la mayor prueba piloto del mundo de una semana laboral de 35 a 36 horas (por debajo de las 40 horas tradicionales) sin exigir un recorte salarial proporcional.

Unas 2.500 personas participaron en la fase de prueba. Para garantizar el control de calidad, los resultados fueron analizados por el think tank británico Autonomy y la asociación islandesa sin ánimo de lucro Asociación para la Sostenibilidad y la Democracia (ALDA).

La prueba piloto fue calificada de éxito por los investigadores y los sindicatos islandeses negociaron una reducción de la jornada laboral.

Un caso cercano

El presidente de Chile, Gabriel Boric, promulgó en abril la ley que permitirá reducir de forma gradual la jornada laboral de 45 a 40 horas semanales, un proyecto que estuvo en trámite durante los últimos seis años y que fue una de las promesas de campaña del mandatario.

"Estamos dando un paso en bienestar de los trabajadores y trabajadoras", dijo el presidente durante el acto de promulgación en el Parque de la Familia, en Santiago.

El jefe de Estado calificó la jornada como "histórica", debido a que "durante muchos años el proyecto fue tildado de imposible" de avanzar Chile, por lo que celebró la promulgación y lo que significa para los ciudadanos.

El mandatario reconoció la labor de la ministra de Trabajo, Jeannete Jara, y de la ministra vocera de Gobierno, Camila Vallejo, quien además fue una de las impulsoras del proyecto en 2017, cuando era diputada por el Partido Comunista de Chile (PC) junto con otros parlamentarios.

"Hoy es posible que sea una realidad la reducción de la jornada laboral. Con esto, hemos consolidado acuerdos transversales y reafirmado el compromiso de nuestro Gobierno con los cambios que el país ha demandado tantos años", dijo Boric.