Luis Caputo afirmó este viernes que los argentinos tendrán que empezar a vender sus ahorros en dólares para pagar impuestos, pero esto no se trata de un anticipo ni mucho menos, ya que desde el comienzo de año los ahorristas se están desprendiendo de la moneda extranjera que tienen “bajo el colchón”, en medio de los constantes y siderales aumentos que dispuso el gobierno de Javier Milei. 

Según los últimos datos que publicó al respecto el Banco Central, las personas humanas efectuaron ventas por u$s 14 millones en abril y compraron billetes por u$s 9 millones en el mercado oficial de cambios. Esto significa que compraron un 12% menos que en marzo, pero un 94% menos que en abril pasado. 

El informe detalló que en abril (último dato actualizado) se repitió lo ocurrido en los tres primeros meses del año: los argentinos que vendieron sus dólares en canales oficiales (208.000) superaron a los que quisieron comprar (51.000). 

Un gráfico elaborado por la entidad monetaria expuso de manera sencilla como se derrumbó la compra de divisa extranjera por parte de personas desde el comienzo de este año. Además queda en evidencia la diferencia respecto a años anteriores. 

Este balance le pone cifras oficiales a una realidad, signada por argentinos que, en el mejor de los casos dejaron de comprar dólares, y en el peor de los casos debieron extraer ahorros de abajo de sus colchones para afrontar el ajuste. 

Los datos muestran que los pronósticos de Caputo ya se están cumpliendo hace rato. De hecho, el propio Milei hizo ese mismo planteo durante marzo ante empresarios. El gobierno sostiene que debe cancelarse toda emisión posible de pesos y la gente tiene que arreglársela con sus ahorros.   

En pocos meses, la gestión libertaria generó que sean más los vendedores de divisa oficial que los compradores. De hecho con el correr del tiempo, estos últimos son cada vez menos.

Cabe recordar que en noviembre, antes de la asunción de Milei, 789.000 argentinos compraron divisas mientras solo 114.000 las vendieron. En diciembre, el mes de la devaluación y las primeras medidas de ajuste, los compradores cayeron a 396.000 personas mientras que los vendedores saltaron a 197.000.