Con la caída del consumo, la dificultad para importar insumos pasó a un segundo plano
Pymes importadoras de insumos intentan sortear una problemática que acarrean desde hace meses, pero emergen nuevas dificultades. Aquellas que terminaron el gobierno de Alberto Fernández con inconvenientes para traer bienes del exterior por la falta de dólares para pagar, ahora empiezan a sentir el freno en el consumo interno.
La escalada de precios que se registró en diciembre (que augura una inflación cercana al 30% para ese mes) y su continuidad durante estos primero días de enero, tuvieron fuerte impacto en el bolsillo de trabajadores y trabajadoras. El debilitado poder adquisitivo sintió un nuevo cimbronazo y el consumo se retrajo aún más.
Este escenario se vio reflejado en la caída de ventas oficializada por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came), por lo que también se sintió una merma en la demanda de comercios a sus fábricas proveedoras.
Esto por un lado generó menor demanda de insumos importados para las industrias, que ya venían complicadas con el abastecimiento, pero por otra parte encendió las alarmas ya que las ventas empezaron a registrar una caída muy fuerte.
Pasando en limpio: los inconvenientes por las restricciones a las importaciones pasaron a un segundo plano para las pymes de la región, ya que ahora el problema más urgente y lo que más les preocupa es que no venden lo suficiente a sus principales clientes.
Qué dicen las pymes de la region
Si bien ya acusaron recibo de la situación, por el momento las pequeñas y medianas empresas mantienen la cautela a la hora de opinar sobre las primeras medidas económicas tomadas por parte del gobierno nacional. Todavía no hubo reuniones entre las entidades que representan al sector y funcionarios de Comercio Interior de la Nación. Solo hubo contactos de manera particular de parte de algunas empresas.
La época del año permite disimular en parte lo que ocurre con el freno a la actividad. En algunos casos ya se dieron o se dan en este momento cierre por vacaciones, mientras que en otros casos se le asigna las vacaciones a una parte del personal y el resto sostiene la actividad indispensable. Por el momento no se habla de reducción de personal.
Por otra parte, ven con preocupación lo que sucede con el DNU anunciado hace algunas semanas por Javier Milel, y la Ley ómnibus que comenzará a tratarse en breve en el Congreso. Entre las cuestiones que más puede afectar a las pymes figura un nuevo esquema de retenciones que elevaría la alicuota para exportadores y una quita de barreras arancelarias para ingresar productos terminados al pais.
Respecto a este último tema, incluido en el DNU que ya está vigente, las pequeñas empresas miran de reojo lo que hacen sus competidoras más grandes, que cuentan con el respaldo suficiente (incluso en este contexto) para traer productos terminados desde sus casas matrices, con quienes competirán en desigualdad de condiciones.
¿Y la deuda con proveedores?
Si bien la deuda con sus proveedores en el exterior pasó a un segundo plano, no deja de ser un problema de fondo y que puede complicar a futuro a las pymes de la región. Estiman que los compromisos superan los 3 mil millones de dólares, que los envíos se cortaron hace rato y que en muchos casos comenzaron a llegar denuncias.
Ante esta situación, con la llegada de Javier Milei, el Banco Central lanzó un bono (denominado Bopreal) con el objetivo de que las firmas comiencen a cancelar sus compromisos con proveedores en el extranjero. El instrumento no tuvo demasiado éxito, ni mucho menos, incluso referentes industriales de la region sostuvieron que fue un guiño a grandes compañías con casas matrices en el exterior.
Por ahora la única promesa que tuvieron por parte del Banco Central es que se pondrá en marcha un nuevo sistema de pagos al exterior, que contempla la posibilidad de pagar el 25% de la mercadería solicitada cada 30 dias, hasta llegar a los 120 dias y asi cancelar el 100% de la deuda en cada caso.