Durante junio el promedio de aumento de los cortes de carne vacuna registraron el valor más bajo en 2022 pero acumularon un 58.8% de aumento interanual. Los elevados precios internacionales de los alimentos, una demanda creciente de exportaciones y un escenario de alta especulación en el plano local explican el actual nivel de precios.

Según un informe elaborado por el Centro de Economía Política Argentina (CEPA), esta conjunción de factores habilita “un escenario de especulación cuyo objetivo se orienta a mantener niveles máximos de rentabilidad". En simultáneo se dio un importante aumento en los sustitutos a la carne vacuna. El pollo, por ejemplo, por cuarto mes consecutivo, mostró un aumento de 8,4% y cada vez se achica más la diferencia de precio. 

Desde Cepa estimaron que el incremento de precios explica, entre otras razones, la reducción en el consumo de carne bovina en los últimos años, habiéndose reemplazado por otros tipos de carnes más económicas, como la aviar o porcina. Según el monitor ganadero anual de la Bolsa de Comercio de Rosario, el consumo per cápita de carne vacuna continúa perforando el nivel histórico, situándose en junio en 47,8 Kg/hab/año. Lo llamativo es que, frente a este escenario de caída del consumo, el precio continúa en niveles elevados.

Si se analiza la cantidad de kilos de pollo fresco que se puede comprar con un kilo del corte vacuno más consumido (el asado), se observa que el asado se había revalorizado fuertemente en relación con el pollo. La brecha entre ambos productos llegó a ser de 4,04 kilogramos en diciembre 2021. Esta relación se acorta en los primeros meses del 2022 alcanzando en junio una brecha de 3,27, producto del sensible incremento en el precio del pollo.

El consumo de carne vacuna sigue en mínimos históricos pero los precios no aflojan

Según la entidad, la evolución del aumento de precios de la carne a nivel local no lo explica "ni la evolución de la inflación, ni la falta de oferta, ni la limitación a las exportaciones". Si bien el aumento del maíz y la inversión en ternero como reserva de valor tienen efecto sobre precio, “ambas razones no dan cuenta de la sensible alza de precios de los últimos tiempos", sostiene el informe.

El precio del maíz y el uso del ternero como reserva de valor se combinan con un escenario internacional que exhibe elevados niveles de precios de alimentos junto con la demanda creciente de exportaciones y el efecto “contagio” sobre las categorías no exportables, aseguraron.

Uno de los argumentos más utilizados por las entidades para enmarcar los aumentos, es el incremento general del nivel de precios en la economía (“los precios de la hacienda bajan y ya pierden contra la inflación”.

A pesar de que los precios al consumidor en términos interanuales quedan por debajo de la inflación en junio, al analizar la dinámica histórica de precios de carne en mostrador junto con precio de novillo e inflación, resulta difícil sostener el argumento de “precios perdiendo con la inflación” considerando que las subas en hacienda y mostrador acumuladas superan largamente a la inflación general.

El consumo de carne vacuna sigue en mínimos históricos pero los precios no aflojan

Por otra parte, desde Cepa observaron una correlación estrecha entre precio internacional del maíz y precio de novillito. En efecto, si bien el maíz no resulta ser el único costo en la formación del precio de la carne en mostrador, lo cierto es que pareciera operar como valor de referencia para la determinación del precio final. En definitiva, el incremento del precio del maíz puede explicar una pequeña parte del incremento del precio de la carne vacuna.

El consumo de carne vacuna sigue en mínimos históricos pero los precios no aflojan

También señalaron que continúa la presión de la demanda externa que escaló exponencialmente cuando en 2016 apenas representaba el 8,6% de la producción nacional. 

No sólo se mantienen relativamente los niveles de exportación en cantidad, sino que, además, las exportaciones de carne bovina argentina correspondientes al quinto mes del año 2022 alcanzaron un valor de USD 340 millones, resultando (+26,6%) superiores a los USD 268,2 millones obtenidos en abril de 2021. A su vez, el precio promedio de exportación es significativamente superior (+42,6%) al observado el mismo mes de 2021, aunque moderadamente inferior al registrado en el mes de abril.

"Frente a este escenario, hay quienes consideran que la liberación de exportaciones para la vaca de conserva moviliza el precio del resto de las categorías, dado que existe un efecto contagio cuando una de las categorías mueve sensiblemente su valor", deslizaron desde Cepa. 

A través de un gráfico expusieron que el máximo del precio de vaca de conserva en enero de 2022 presenta un correlato en novillito sólo unos meses después.

El consumo de carne vacuna sigue en mínimos históricos pero los precios no aflojan

En junio el precio de la carne bovina mostró un moderado aumento promedio de los cortes de carne vacuna de 1,4%, el valor más bajo de 2022; en términos interanuales, el incremento asciende a 58,8%, y se situó por debajo del aumento general de precios de la economía (63,7% i.a).

Respecto de lo ocurrido en junio, precisó el informe, la moderación en el incremento de precios no puede explicarse por la caída del consumo, ya que -hasta mayo- dicha caída en el mercado interno no había logrado conmover los precios.

En ese sentido, consideraron más factible que haya sido el contexto internacional quien ha jugado un papel relevante de tensión al alza de los precios domésticos hasta mayo y de moderación en junio.

Para los economistas de Cepa, tres elementos juegan un papel en esta coyuntura: el precio del maíz y el uso del ternero como reserva de valor se combinan con un escenario internacional que exhibe elevados niveles de precios de alimentos junto con la demanda creciente de exportaciones y el efecto “contagio” sobre las categorías no exportables.

A ello se agregan cuestiones estructurales históricas como “la poca transparencia” del mercado de Liniers, la informalidad y la estructura concentrada. Esta conjunción de factores habilita un escenario de especulación cuyo objetivo se orienta a mantener niveles máximos de rentabilidad.

Por último, señalaron: “Respecto de lo acontecido en junio, la moderación en el incremento de precios no puede explicarse por la caída del consumo. Hasta mayo, dicha caída en el mercado interno no había logrado conmover los precios, evidenciando otras razones. Es más factible considerar que ha sido el contexto internacional quien ha jugado un papel relevante de tensión al alza de los precios domésticos hasta mayo y de moderación en junio”.