HB4, el trigo que desarrolla la rosarina Bioceres para resistir la sequía
Es un desarrollo tecnológico por el que los cultivos pueden gestionar de manera eficaz el uso del agua, ideal para temporadas de lluvias escasas. En breve saldría al mercado.
La empresa de biotecnología agropecuaria Bioceres aguarda la aprobación fitosanitaria para lanzar al mercado el trigo HB4, tolerante a la escasez hídrica. Otro hito de esta firma rosarina, luego de que ingresara en abril pasado a cotizar en el Nasdaq Global Select Market, con una suba de 145% en el valor de sus acciones.
Los ejecutivos de la compañía abrocharon un convenio con Havanna para elaborar productos a base de esta nueva variante de trigo. ¿Se vienen los alfajores marplatenses con ADN rosarino?
La tecnología que desarrolla Bioceres se denomina HB4 y le permite al trigo (y otros cultivos) un uso más eficiente del agua y una mayor fijación de CO2 (Dióxido de Carbono) que un trigo convencional. “Si esta tecnología hubiera estado disponible en 2018, el país habría salvado casi 7 millones de toneladas de soja y trigo de la terrible sequía de ese año”, explicó el especialista Iván Ordoñez a El Economista.
HB4 es una plataforma tecnológica que también fue introducida exitosamente en la soja en 2019 y, aunque ya fue aprobado por los organismos regulatorios de Estados Unidos, Brasil y Paraguay, todavía necesita la aprobación de China para comercializar.
La historia comenzó con el descubrimiento de la bioquímica argentina Raquel Chan, que localizó en 1995 el gen que le enseña al girasol a administrar la escasez del agua. Así, en una colaboración conjunta del Instituto de Agrobiotecnología del Litoral (dependiente del CONICET y de la Universidad del Litoral) y Bioceres, en 2004 se patentó esta nueva tecnología.
La novedad particular radica en que el trigo sería consumido directamente por personas, a diferencia de otros cultivos transgénicos como la soja o el maíz que alimentan al ganado.
La situación se encuentra trabada en la fase que posibilita la comercialización. Según el Senasa, este trigo genéticamente modificado no presenta riesgos para el consumo humano, pero aún así es rechazado por algunos sectores. Como toda innovación disruptiva, siempre hay quienes se posicionan en contra de los cambios.
“Hay un status quo que el nuevo producto viene a romper. Los que están adentro no quieren que los que están afuera entren, y los que están afuera creen que la película que se está proyectando adentro del cine es maravillosa y quieren entrar, y el Estado es el boletero”, comentó a Roberto Bisang, especialista en economía agraria al mismo portal agropecuario.
Uno de los sectores que se manifestó en contra de la introducción del trigo tolerante a la sequía es la Federación de Centros de Acopios. Daniel Asseff, asesor de esa entidad, aseguró: “Nosotros apoyamos todo el avance tecnológico. Nuestro gran problema es que nuestros compradores nos están diciendo que ellos no quieren trigo transgénico”.
Además, agregó que “si el Gobierno argentino interpreta que con la aprobación de los organismos en Brasil, eso es suficiente, aprobarían algo que realmente podría tener un perjuicio porque los compradores te van a decir que queda liberado, pero los molinos brasileros te van a decir que no lo compran”.