Firma de heladeras eliminó un turno en plena temporada alta: "Ni en el 2001 nos pasó"
Se trata de la empresa Briket, histórica en la ciudad en el rubro de la refrigeración. Ni la época de más ventas para el rubro trajo algo de alivio. "No sabemos cuánto vamos a aguantar", insiste su dueño
A Roberto Lenzi (63 años) no hace falta que le muestren los últimos números de la economía para saber lo que está pasando adentro de las fábricas. Este empresario rosarino lleva décadas apostando a la producción industrial. Es la cara visible de la firma Briket, una histórica pyme del rubro de la refrigeración, y el presidente de la Cámara Argentina de la industria de Refrigeración y Aire Acondicionado (Cairaa), y de la Asociación de Industriales Metalúrgicos (AIM).
Sin embargo, los datos que llegan a sus manos son todos negativos. La producción en la industria del frío (heladeras y freezers) cayó un 50% en sintonía con una merma de ventas que parece no tener fondo.
Esta semana, el Banco Central informó que los créditos para la producción cayeron un 40% respecto a enero de 2018. La altísima tasa de interés hace imposible que algún empresario apueste hoy a la renovación de infraestructura.
En enero de 2018 la tasa de adelantos en cuenta corriente fue del 33,6%. El mes pasado, la tasa cerró en un promedio del 68%. El costo de financiamiento se duplicó en un año. Los créditos que se sacan hoy son de "subsistencia": para pagar el capital de trabajo, para pagar servicios y para mantener los motores encendidos.
En octubre del año pasado, el propio ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, admitió que estas tasas son "incompatibles con la producción”. El mismo razonamiento salió de la boca del economista y ex funcionario Carlos Melconian, un hombre cercano a la Casa Rosada. "Las altas tasas son la muerte clínica de la inversión real, el consumo, la demanda agregada y el crecimiento", reconoció.
A la caída estrepitosa de ventas y a las altas tasas de interés se le suma el aumento del costo industrial. La Fundación Polo Logístico Región Rosario publicó el índice del 2018, el cual arrojó una suba del 74,3%, el porcentaje más alto desde que se elabora este informe.
Las fábricas de aluminio cerraron el año 2018 con incrementos del 110%; los laminados entre un 85% y un 93%; y el rubro de las pinturas cerró con un promedio del 110.5%. Más abajo se ubicaron productos de alambre (78.4%), acrílicos (71.1%), perfiles plásticos (67.4%), y perfiles de acero (61.3%).
Este "combo", explica Lenzi, está haciendo "estragos" en el tejido industrial del país. En su caso, lo llevó a bajar un turno de trabajo en plena temporada alta, en meses donde debería haber más producción y más ventas. "Nunca antes lo tuve que hacer, ni en el 2001. Es una medida inédita en un escenario inédito por el combo de recesión, alta inflación, costos por las nubes y altas tasas de interés", le explicó a Rosarioplus.com.
El empresario puso el foco en lo perjudicial de "tasas de interés tan usureras". "Vivimos de un capital de trabajo financiado por los bancos. La cadena productiva termina con cobros a 120 o 150 días. Ese diferencial se financia con créditos. Desde hace meses estamos perdiendo plata para poder mover la empresa. Son muchos meses de altas que han llegado al 90%. Han bajado un poco, es cierto, pero siguen siendo altísimas para producir", señaló.
Lenzi pidió "tasas más normales", del 15% o del 20%. Brasil, el principal socio estratégico, tiene hoy una tasa del 7%. "No vemos que esto vaya a ocurrir. Lo vemos lejano. En este contexto, están paralizados completamente los créditos para maquinarias, para mejor infraestructura. Se piensa en la subsistencia", afirmó.
En su caso, todavía no pudo traer dos máquina que compró en China por un total de dos millones de dólares. Las adquirió en 2017 con los últimos créditos blandos pensados para la producción.
"No sabemos cuánto tiempo vamos a aguantar", reconoció preocupado sobre el futuro cercano.