Esta semana el gobierno nacional celebró que en agosto logró un nuevo superávit fiscal, pero la pregunta es: ¿a qué costo? Un informe del Cepo dejó en evidencia que las cuentas dieron a partir de severo ajuste en partidas sensibles para la población.

En los primeros 8 meses de 2024, sobre cada $100 de gasto recortados, $26,5 correspondieron a jubilaciones, $23 a obra pública, $14,4 a subsidios, $12,1 a gastos de funcionamiento del Estado (principalmente salarios) y $10,6 a prestaciones sociales.

Jubilados y obra pública, los más ajustados para financiar el superávit de Milei

En agosto, el gasto del Sector Público Nacional se contrajo 23,7% interanual. Los mayores derrumbes corresponden a obra pública (-72%), transferencias a provincias (-41%), a universidades (-31%), salarios estatales (-22%) y prestaciones de PAMI (-21%).

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Los ingresos en agosto cayeron 14% i.a. real, explicado principalmente por baja de recaudación de IVA (-14%), Seguridad Social (-6%) e Impuesto a las Ganancias (-28%). Derechos de Exportación (+24%) fue el único tributo en alza. Impuesto PAIS registró su primera baja del año.

El gasto en intereses de deuda alcanzó los $899.660 millones, equivalente al superávit primario logrado en agosto, y fue más de tres veces mayor a lo destinado a obra pública. Si se contabilizaran los intereses de las LEFI y LECAPS, el resultado financiero hubiera sido negativo.

Meta fiscal FMI: al 3° trimestre, luce alcanzable, ya que el superávit acumulado supera el objetivo por más de $1B. La revisión a sep-24 es la última del acuerdo vigente. Luego, hay que pagar intereses y capital, pero sin revisiones, salvo que el gobierno opte por otro camino.

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