La entidad empresaria que persuadió a Alberto de cambiar el monotributo
Se llama Empresarios Nacionales para el Desarrollo Argentino, ENAC, y tiene un discurso muy diferente al del establishment económico. Fue clave en la gestión para activar la necesaria modificación del gravamen que impacta en un vasto sector de la economía popular.
El Presidente Alberto Fernández acaparó la agenda pública de la semana con una decisión política y económica que hasta obligó a dar cuenta de ella a las portadas de la prensa opositora. Se trata del proyecto de ley sobre mejoras para el monotributo y de alivio fiscal a sus inscriptos, que incluirá la revisión del retroactivo fijado por la AFIP a los contribuyentes tras la recategorización dispuesta oportunamente. Y en la lectura que hizo el jefe de Estado de la coyuntura y el humor social, fue determinante el planteo de la Asociación de Empresarios Nacionales para el Desarrollo Argentino (ENAC), un espacio de la producción no alineado a los grupos concentrados de poder.
Leo Bilanski, titular de ENAC, llevó la voz al Gobierno para pedir por la recategorización del monotributo. "Venimos relevando semestralmente a las empresas desde ENAC. Nos encontramos con que hubo 6 meses de recuperación y 6 de 10 industrias estaba operando con normalidad y mejor que el resto de las actividades", dijo el empresario a radio La Patriada.
Fernández le encomendó al titular de Diputados, Sergio Massa, la redacción del proyecto con dos premisas clave: una es que se contemple la condonación o eximición de deudas referidas al retroactivo correspondiente al primer semestre de este año. Esto obligará a desandar el ajuste retroactivo en el monto a pagar por los contribuyentes por esos meses.
El segundo aspecto a incluir en la ley es establecer «un esquema excepciponal de actualización de escalas, con una visión progresiva», tal como es enunciado por voceros oficiales. Esto significaría subir las escalas que definen la categoría del monotributista, pero sin afectar los montos a pagar.
Desde la mirada de un sector del empresariado no dejan de advertir en su análisis la presión inflacionaria sobre el bolsillo popular. "Como empresarios nacionales no podemos soslayar que nos vaya bien a nosotros y no a la gente. Es un buen momento para programar qué vamos a hacer. No vemos solo positivo que a la industria le vaya bien, nos tiene que ir a todos bien y tenemos herramientas y el tiempo para hacerlo", planteó Bilanski en una muestra de un discurso muy alejado del patronalismo acérrimo de otras entidades empresarias.
"El año pasado perdimos 20 mil pymes y eso genera una concentración de mercado, entonces las actitudes monopólicas y oligopólicas se exacerban y tienen la capacidad de manejar los precios. No hay límites institucionales, se van apropiando de recursos por esa concentración de mercado. Piensan en la utilidad pero hay que lograr que los salarios le ganen a los precios", añadió.
La ENAC se ubica en las antípodas de la Unión Industrial Argentina y sus satélites. "Es una entidad manejada por monopolios y absolutamente difusa de los intereses que representa. No facilita el desarrollo productivo nacional, gobernó con Macri y destruyeron las Pymes", distinguió Bilanski. "Lejos de ayudar al aparato productivo nacional –continuó– , la UIA es una institución vetusta, obsoleta y parasitaria. El Estado debe empezar a entender que hay otras representaciones institucionales útiles que son las pymes".
Con esta injerencia en la decisión presidencial de modificar el esquema del monotributo, la ENAC irrumpe de lleno en el escenario político del país. Habrá más.
"Estamos evaluando recomendaciones al gobierno nacional. En esta ocasión hablé con la Afip y hay voluntad de corregir. Se lo merecen los millones de trabajadores que de manera autónoma tratan de salir adelante", concluyó.