La fábrica de calzados de Alcorta ya ofrece retiros voluntarios
Se trata de Wyler's, la Pyme jaqueada por la apertura de importaciones. Sus trabajadores le habían escrito una carta al presidente Macri para que salve al sector
La fábrica de calzado Wyler's, que ocupa a 140 habitantes de la localidad de Alcorta, presentó este lunes un procedimiento de crisis, abriendo retiros voluntarios para 40 trabajadores, por la problemática generada a partir de la apertura de importaciones en el sector. Los empleados realizarán este miércoles una movida en la plaza de la ciudad para concientizar a la población sobre la situación.
El Observatorio de Importaciones de Santa Fe, que integran equipos técnicos del Ministerio de la Producción y Fisfe, informó que hasta la fecha se importaron 20.680.254 pares de calzados, un 36 por ciento más que en todo el 2015, provocándole a las fábricas santafesinas un verdadero dolor de cabeza. "Nos van a hacer desaparecer. Si años anteriores fuimos récords de venta, cómo podemos en seis meses perder tanta competitividad", dijo quien es el titular de la empresa desde 1989.
Hace unos días, los trabajadores le enviaron una carta al presidente Mauricio Macri para reclamarle un freno a las importaciones del sector. Su dueño, quien había logrado una reunión en el Ministerio de la Producción nacional, cuenta que las marcas de calzado le soltaron la mano y se volcaron a las importaciones.
“La carta la enviaron mis empleados. Me consultaron sobre qué me parecía y les dije que todo suma”, explicó a Rosarioplus.com Gerardo Cucco, dueño de la industria, y agregó que la caída en su producción es del 40 por ciento pero estimó que “entre mediados de octubre y fin de año no van a tener trabajo”.
La profecía se hizo realidad. Este lunes, el dueño de Wyler´s abrió un procedimiento de retiros voluntarios para 40 de los 140 trabajadores que emplea en la elaboración de calzados. "Con dignidad la gente no los quiere tomar, quiere trabajar", explicó.
En la búsqueda de mantener clientes, Cucco contó que se encontró con algunos desplantes. “Grimoldi es la única empresa que no nos soltó la mano. Otra empresa directamente nos dejó sin trabajo, dijeron que por la diferencia de precios con los zapatos de Brasil les convenía importar. Esto parece una carnicería”, reprobó.