Los datos relevados por la Secretaría de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación muestran que, en el mes de febrero, se perdieron 20.666 puestos de trabajo registrados asalariados en el sector privado, lo cual implica una caída de 0,3% con respecto al mes previo. Desde la asunción de Javier Milei, se observa que la pérdida de puestos de trabajo alcanza los 62.920. Para marzo, la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL), que releva el nivel de empleo en unas 3.500 empresas los aglomerados urbanos, estima una caída de otros 34.166 puestos.

El último informe del Centro de Economía Política Argentina (Cepa), indica que hasta agosto 2023, se registraron 37 meses de crecimiento sostenido del empleo registrado privado que se vieron interrumpidos en septiembre en el contexto de incertidumbre electoral, a partir del cual comenzó un sendero a la baja. Con la asunción del nuevo gobierno, esta tendencia se profundizó, movida por el derrumbe de la actividad económica.

En este marco, vuelve a aparecer la amenaza de una crisis de empleo de la mano de un modelo de país que deja de lado el mundo productivo. A su vez, se impulsa una reforma profunda del Estado, pero también del trabajo registrado. El argumento esgrimido para llevar adelante esta reforma es sostenido desde hace varios años: “en Argentina hace 10 años que no se genera empleo privado”. El informe de Cepa propone poner en cuestión dicha afirmación.

Al comparar la cantidad de puestos de trabajo asalariado registrados en el sector privado en noviembre de 2023, último mes del gobierno del Frente de Todos, y enero de 2012, primer mes de la serie SIPA, el crecimiento es de 305.752 puestos. Ello representa apenas un 5% en 12 años. Sin embargo, resulta menester desagregar los datos y ver qué sucedió al interior del período.

“Para poder discutir cualquier tipo de reforma, es necesario preguntarse qué pasó en el medio: ¿acaso el empleo privado se mantuvo constante durante los últimos 12 años? O, por el contrario, ¿hubo momentos muy marcados de caída y crecimiento?”, preguntaron desde el centro de estudios.

En los últimos años, Argentina enfrentó dos grandes crisis de empleo: la primera, iniciada en abril de 2018, producto del colapso del gobierno de Cambiemos y, la segunda, iniciada en marzo de 2020, en el contexto de la pandemia del COVID-19. Mientras que la segunda resultó de una crisis sanitaria que afectó al mundo entero, la primera estuvo asociada a un modelo económico que subestimó el peso del consumo interno en el nivel de actividad y se centró en la atracción de capitales externos especulativos.

A partir de allí, desde agosto de 2020, Argentina comenzó un sendero de crecimiento del empleo que le permitió recuperar no sólo lo perdido durante la pandemia, sino también en el macrismo. Al mes de noviembre de 2023, se habían generado 581 mil puestos de trabajo desde el mínimo de la pandemia (julio 2020), superando en casi 93 mil los niveles de empleo registrados en abril de 2018 (máximo del período de Cambiemos).

Es decir, si bien la creación de empleo en el análisis entre puntas muestra resultados más bien magros, no se trató de un período homogéneo, sino que encontramos un claro contraste en la evolución de esta variable en función del modelo económico sostenido. Mientras que en las etapas en las que se puso el foco en lo productivo, se creó empleo, cuando se potenció un esquema de valorización financiera, se destruyeron puestos de trabajo. Ante un nuevo intento de apertura, liberalización y desregulación de la economía, resulta imperioso poner en el centro de la escena esta cuestión. Un indicador relevante es que, a partir del triunfo del nuevo gobierno, se revirtió la tendencia de la EIL:  

En resumen: en el mes de febrero, se perdieron 20.666 puestos de trabajo registrados en el sector privado. En el primer trimestre de Javier Milei la caída totaliza 62.920 empleos. Para marzo, se espera la eliminación de otros 34.166 puestos.

Luego de la doble crisis de empleo originada por el gobierno de Cambiemos y después por la pandemia, se recuperaron todos los puestos de trabajo con creces. Sin embargo, con la asunción del nuevo gobierno, el abandono del mundo productivo despierta las alarmas sobre el mercado de trabajo.

Sector por sector

Si analizamos la evolución del empleo en relación con los sectores de actividad, en el mes de febrero de 2024, once de los catorce sectores redujeron la cantidad de personas trabajadoras.  

Particularmente en dicho mes, la caída estuvo impulsada por Construcción (-12.949), Actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler (-4.488) e Industria (-2.013). Por el contrario, los únicos tres sectores que crecieron son aquellos ligados con la explotación de los recursos naturales: Agricultura (1.814), Minería (303) y Pesca (22), que no están ligados a la suerte de la actividad económica interna, pero que tampoco alcanzan a compensar la caída generalizada del empleo.

Si analizamos la evolución del empleo desde la asunción de Javier Milei, se observa que la pérdida de puestos de trabajo alcanza los 62.920. De dicho total, 46.249 -el 74% del total- son explicados por el sector de la construcción, en el marco de la decisión política de paralizar por completo la obra pública.

En este contexto, se torna necesario incorporar al análisis la composición del empleo privado registrado en la Argentina. La construcción abarca en febrero de 2024, como se observa en el gráfico a continuación, un 6,2% de los puestos de trabajo. La principal actividad económica en materia de empleo en el sector privado es el comercio, que reúne al 19,5% del total.

La distribución de los puestos por sector es relevante en el marco de la discusión en el Congreso de la Nación de un Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), con el cual se pretende dinamizar el empleo en nuestro país.

Dicho Régimen apunta a atraer inversiones que dinamicen determinados sectores de actividad: el agro, la minería y los hidrocarburos. Sin embargo, si analizamos la incidencia que tienen estos sectores sobre el total del empleo registrado, encontramos que su participación es más bien marginal: constituyen sólo un 6,5% del total.