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El ministro de Hacienda provincial, Gonzalo Saglione, se reunió en Buenos Aires con representantes del ministerio de Hacienda, de boca de quienes escuchó el pedido de ajuste del gobierno nacional para que las provincias colaboren en reducir gastos y así lograr las ansiadas metas fiscales. 

Según trascendió, fue un encuentro frío, donde no hubo definiciones ni números sobre la mesa aunque los funcionarios -de segunda línea- sí se encargaron de explicar la situación fiscal, el compromiso asumido con el organismo de crédito y la requerida reducción del déficit fiscal al 1,3 por ciento para 2019. Incluso hubo algunas sugerencias. Todo se debatirá en el Presupuesto 2019, con un ajuste de 300 mil millones de pesos, de los cuales 100 mil corresponderá a las provincias.

En rigor, la reunión fue informativa y el tema se continuará charlando en las próximas semanas, no sólo en reuniones técnicas sino también en negociaciones políticas. Toda la discusión está marcada por la coyuntura económica pero también política, donde se tocan temas de fondo como el federalismo y la distribución de recursos. El propio gobernador Miguel Lifschitz marcó la cancha y habló públicamente varias veces sobre la imposibilidad de seguir ajustando recursos.

Es que Santa Fe está en una situación particular respecto a Nación, más allá de la relación tirante con Cambiemos. El ministro de Economía provincial se viene sentando en la mesa de negociaciones de la Rosada por la negociación por la deuda histórica de fondos de coparticipación que aún no se logró acordar y parece haber pasado ahora a un segundo plano en la agenda del gobierno nacional. 

Desde hace meses, Santa Fe insiste en negociar cómo se le pagará la deuda, pero sin resultado. En este marco, el gobierno le pide ajustarse -bastante- para que el FMI mire el país con buenos ojos. Por ahora es una incógnita hasta dónde cederá la Provincia, que pasó de reclamar que le paguen a negociar achique.