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El precandidato presidencial kirchnerista Alberto Fernández quedó internado este lunes por la noche en el Sanatorio Otamendi para un chequeo general, informó el propio dirigente, quien aseguró que está "bien" y pidió "tranquilidad".

"Estoy bien, quédense tranquilos", sostuvo el ex jefe de Gabinete en diálogo con el canal C5N. Fernández dijo que son "cosas de rutina" y que estaría internado dos días para que se le hagan todos los análisis.

El precandidato de Unidad Ciudadana -quien está acompañado en la fórmula por la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner- narró que "vine al Sanatorio Otamendi a hablar con mi médico de cabecera porque ando con una tos persistente hace 15 días, que me esta volviendo loco, y me dijo que me quede para hacer unos estudios".

"'Quedate dos días a hacerte los estudios y después retomás la campaña'", contó Fernández que le dijo su médico.

Tras insistir con que "está todo bien, no hay nada riesgoso", le dijo al periodista Marcelo Zlotogwiazda que "quise hablar para desmitificar y sacar alguna locura de la cabeza de alguien. No hay ningún tema preocupante".

"Preferí hablar y que me escuchen para no generar ningún tipo de especulación, porque si sacamos un informe escrito siempre se abre lugar cualquier tipo de especulación", amplió, y dijo: "seguramente el jueves estaré a full en la campaña".

Fernández contó que "tuve hace muchos años un problema con un coágulo en un pulmón pero fue el único antecedente" y reiteró que ahora padecía "una tos persistente que me decidió a hacer el chequeo".

También destacó que prefirió someterse a "estas cosas de rutina generales y desenchufarme dos días, porque si no era entrar y salir permanentemente" de los consultorios médicos para hacer estudios.

Fernández aprovechó para negar versiones iniciales que circularon acerca de que habría tenido herpes: "No es herpes, culebrilla, nada de eso". Y concluyó: "Los que estaban intranquilos que se tranquilicen y los que tenían otras intenciones, que se les quiten esas intenciones".