Crisis y ajuste: preocupa la situación socio-económica de estudiantes rosarinos
La inflación desenfrenada y la pérdida diaria de poder adquisitivo son factores que golpean a todos los argentinos. En este contexto, desde la Federación Universitaria de Rosario llevan adelante un relevamiento para conocer las principales problemáticas y evitar que a futuro se traduzcan en motivo de deserción.
La situación de profunda crisis económica, traducida en factores como una inflación desenfrenada y la pérdida diaria del poder adquisitivo, golpea con fuerza en el día a día de todos los argentinos. De este contexto de incertidumbre, en donde la plata cada vez alcanza menos y los replanteos son constantes, quienes no quedan exentos son aquellos que intentan avanzar una carrera universitaria mientras todo alrededor parece desmoronarse. Atento al impacto que puede ocasionar en los estudiantes, un relevamiento se propone detectar las principales problemáticas que atraviesan, con el objetivo de perfeccionar políticas y evitar la decersión.
Y es que, el fuerte incremento en aspectos básicos como alimentos, transporte, servicios o el alquiler obligan a reducir gastos, tener que buscar un segundo trabajo o redistribuir los esfuerzos diarios en pos de la subsistencia inmediata, caminos que terminan contribuyendo a que una persona quizás se vea forzada a relegar a un segundo plano su formación académica, o a abandonarla directamente.
Si bien la Universidad Nacional de Rosario (UNR) apuesta e invierte fuertemente en políticas de bienestar, lo cierto es que la política de brutal ajuste del gobierno de Javier Milei, con decisiones como congelar el presupuesto al 2023, es un motivo de preocupación pensando en el sostenimiento a largo plazo de las mismas y de toda la estructura universitaria.
Este cúmulo de factores y preocupaciones, en lo inmediato y principalmente a futuro, son algunos de los motivos que llevaron a que desde la Federación Universitaria de Rosario (FUR) decidieran lanzar un relevamiento, para conocer la situación socio-económica actual del estudiantado rosarino, detectar cuáles son los principales problemas que atraviesan y planificar cómo se puede ayudar de la mejor manera.
Mientras las propuestas que bajan desde el Estado nacional apuntan al desfinanciamiento o cierre de las universidades, la depreciación del sueldo docente o a políticas restrictivas como el arancelamiento, la premisa clara desde las bases es que “la educación no puede ser una variable de ajuste”, y por eso el principal desafío es luchar por un mayor presupuesto y para que los estudiantes permanezcan en la universidad pública.
Identificar las problemáticas para poder brindar respuestas
Flor del Alba Cruz Valdez es desde 2022 la presidenta de la FUR, y junto a su espacio llevan adelante este relevamiento mediante el cual buscan conocer en profundidad las problemáticas estudiantiles en ámbitos como el económico, el laboral, el académico, de salud y de acceso a la vivienda, para así también lograr dar una mejor respuesta a la hora de representar y defender a los estudiantes de la UNR.
Quienes sean estudiantes pueden participar del mismo, de forma anónima, ingresando en el formulario disponible en el link de los perfiles de redes sociales de la Federación.
En diálogo con RosarioPlus.com, Cruz Valdez explicó: “Necesitamos saber con exactitud cuántos estudiantes hoy no pueden acceder a una vivienda, cuántos estudiantes hoy trabajan, en qué condiciones trabajan, si ese salario o esa remuneración les es suficiente para poder cumplir con los gastos fijos que requiere estudiar en la ciudad de Rosario, cuántos tienen problemáticas con el transporte, cuántos tienen acceso a internet o en general a la tecnología. Diferentes puntos que forman parte de la vida de cualquiera, de la vida de cualquier ciudadano, pero que en particular para el claustro que nosotros representamos, no tener cubiertas estas necesidades básicas de vivienda, salud y demás puede significar desertar de la universidad pública”.
A través de identificar estas problemáticas, desde la FUR contarán con información importante para gestionar de manera eficiente los recursos para paliar la mismas, teniendo como prioridad la no deserción.
El relevamiento fue lanzado el pasado 25 de febrero, y al superarse las primeras mil respuestas comenzaron a aparecer con ya algunas tendencias y datos interesantes, como que la gran mayoría de los estudiantes no cuentan con cobertura médica, que el 50% se mantienen por sus propios medios (sin ayuda familiar) o que el 80% de quienes respondieron la encuesta son mujeres.
Además, una gran cantidad de jóvenes estudiantes viven en departamento pagando alquiler, y en términos generales la gran mayoría cuenta con acceso a Internet.
Datos como los de la cobertura médica, la ayuda familiar o el pago de un alquiler son algunos puntos especialmente determinantes a la hora de pensar en cómo la alteración de esas variables (que hoy significa: aumentos desmedidos) termina afectando a la subsistencia de esas personas, y cómo la complicación para cubrir esas necesidades puede terminar impactando en que, a la larga, se vean obligados a dejar de estudiar.
Por una educación pública y de calidad
Como estudiante y como representante de la Federación, Flor del Alba sostiene que cuando “uno decide estudiar una carrera universitaria e ingresa a la facultad, le pone mucho empeño y compromiso a esa tarea, pero también a la tarea de defender y mejorar el sistema que tenemos”.
“Nos responsabilizamos y somos conscientes del gran esfuerzo que hace la sociedad, que sostiene con sus aportes la universidad pública y el sistema educativo, entonces creo que también ser parte de quienes la defienden, quienes la intentan mejorar, es una forma de hacerse cargo de la importancia que tiene ese sistema”, dijo Cruz Valdez, poniendo en valor la tarea que realizan la FUR y los estudiantes.
Para ella, actualmente las políticas de permanencia que pone en práctica la Universidad Nacional de Rosario “son de excelencia”.
“Tenemos residencias universitarias, tenemos becas de la universidad, tenemos comedores universitarios, tenemos un espacio de educación física. Tenemos muchas políticas que incluso no solo se articulan desde la universidad, sino con las diferentes facultades que componen la UNR, y creo que son exitosas”, indicó.
En ese camino, el rol que ocupa el movimiento estudiantil es el de trabajar para mejorarlas y poder crear nuevas políticas de bienestar acordes a las demandas que tengan los estudiantes.
Uno de los ejes de luchas fundamentales en esa dirección es la defensa de que las universidades nacionales reciban un presupuesto acorde: “Hoy las políticas de bienestar creo que son parte por la cual muchas personas continúan apostando por estudiar en la universidad pública, por formarse y por ser futuros y futuras profesionales. Pero creo que nuestra tarea es poder garantizar que esas políticas se amplíen. Y esto va a venir de la mano con tener un mayor presupuesto educativo. No pedimos más de lo que es necesario, no pedimos nada por encima de lo que se requiere para sostener el sistema público educativo, para que sea el mejor y que sea de calidad para garantizar que vengan más personas. Pero sin ese presupuesto es imposible avanzar, y hoy aún así se sostienen”.
“Las políticas restrictivas no hacen que un país avance, mantienen un status quo, y eso no nos puede pasar”, consideró la presidenta de la FUR, que defiende que la única manera de avanzar hacia un país mejor es “con inversión en ciencia y tecnología, en sus universidades, y con educación pública y de calidad, sin arancel ni restricciones”.
A pesar del brutal recorte, y a pocas semanas del comienzo de la cursada del 2024, la UNR cuenta con una gran cantidad de ingresantes que apuestan por la educación pública, con un crecimiento del 25% con respecto al año anterior: “Tenemos la fortuna de que más allá de los contextos, y con un gran esfuerzo de nuestra comunidad para sostener todas las políticas que brindan contención y apoyo, en las aulas y pasillos hoy seamos más”.