El Frente Progresista y una fuga clave de votos en sus dos fortalezas
Omar Perotti le sacó más de 75 mil votos a Antonio Bonfatti, los mismos sufragios que el Frente Progresista perdió en los departamentos Rosario (40 mil) y en La Capital (35 mil) en estos cuatro años. La pérdida de confianza en los dos bastiones claves, explican, en parte, el triunfo del peronismo
El socialismo dejará de ser gobierno en Rosario después de 30 años. La intendencia quedó en manos de Pablo Javkin, un aliado radical que, si bien continuará con la misma hoja de ruta, no responderá a la estructura orgánica del partido. Esa derrota local esconde parte del traspié provincial. Los números marcan que Rosario, una especie de "Desembarco del Rey" de la famosa serie Juego de Tronos para el partido de la rosa, terminó definiendo la elección a favor de Omar Perotti, el peronista que en diciembre pondrá fin una gestión que se extendió por doce años.
En el departamento Rosario, Perotti superó a Antonio Bonfatti por 58.621 votos (285.903 contra 227.282). En 2015, la diferencia fue casi tres veces mayor pero a favor del Frente Progresista. El hoy gobernador Miguel Lifschitz le sacó 152.073 al cacique de Rafaela y 117.073 al humorista Miguel Del Sel, el candidato del PRO.
La paliza en Rosario fue aún más contundente hace ocho años, en 2011. Bonfatti, hoy derrotado, cosechó el 59% de los votos, un total de 356.726 sufragios, 255.322 más que que Agustín Rossi, el candidato del kirchnerismo, y 270.887 que Del Sel.
Lo mismo ocurrió en 2007, en el primer triunfo de la por entonces nueva alianza de partidos encabezada por el Partido Socialista. Hermes Binner cosechó 354.394 (60%) votos contra los 199.486 del peronista Rafael Bielsa.
Hasta este domingo, el piso del Frente Progresista en Rosario (elecciones generales) había sido de 267.130 en 2015, es decir casi 40 mil más que ahora. La pérdida de apoyo es inmensa respecto a 2011 y 2007: 90 mil votos fugados.
Las explicaciones a semejante derrotero deberán salir, a modo de autocrítica, de la boca de los principales referentes del Frente Progresista. El desgaste de toda gestión, el contexto nacional, los malos resultados en materia de seguridad --capitalizados por Perotti con su aglutinador lema de "paz y orden"-- y la falta de renovación interna asoman como algunas de las causas.
Santa Fe, la segunda fortaleza caída
En total, a lo largo y ancho de la provincia, fueron 75 mil los votos de diferencia que le sacó Perotti a Bonfatti. Cuarenta mil --como ya se explicó-- se pueden buscar en los que el Frente Progresista perdió en Rosario del 2015 a esta parte. Siguiendo el juego de números, los otros 35 mil aparecen al posar la lupa sobre el departamento La Capital, otro bastión de la coalición entre socialistas y radicales.
La consolidación de esta segunda fortaleza comenzó en 2007, año en el que Binner asumió en la Casa Gris y Mario Barletta dio el batacazo en la ciudad de Santa Fe. Aquel triunfo del ex rector de la UNL puso fin a 24 años ininterrumpidos de intendencias justicialistas. En la categoría a gobernador, el Frente Progresista sacó 97.290 votos (45%), una suma más que considerable (quedó a siete mil del peronismo) para un espacio que era totalmente novedoso en la política provincial.
En 2011, con el respaldo de la gestión de Binner, el departamento La Capital apoyó la candidatura de Bonfatti. Fueron 104.789, un 8% más. En 2015 la cifra trepó a 134.411, es decir un 28% más de apoyos que en 2011. La avalancha de sufragios permitió la reelección de José Corral --por aquel entonces dirigente del Frente-- a la intendencia con más del 45% de los votos.
En los comicios de este domingo, Emilio Jatón le dio la única alegría al socialismo. El Frente Progresista retuvo la intendencia, pero perdió muchísimos votos en la categoría a gobernador, retrocediendo a los niveles de apoyo de 2007. Bonfatti logró 99.708 adhesiones, 35 mil menos de las que Lifschitz cosechó en 2015.