Emerge un caserón olvidado en zona sur como centro clandestino de detención
El fiscal Adolfo Villate encabezó una inspección con víctimas de la represión estatal que cuentan haber estado cautivos en una finca como la que se encuentra junto al Acceso Sur, cerca del arroyo Saladillo y que pertenecía al Ejército. Un paisaje bucólico donde había prisioneros y sesiones de tortura.
Un viejo caserón olvidado en el barrio Molino Blanco volvió al primer plano en los últimos días como el centro clandestino de detención que fue, durante la dictadura cívico militar, cuando a esa propiedad se la conocía como "la quinta de los comandantes".
El fiscal federal Adolfo Villate, abocado en Rosario a investigar delitos de lesa humanidad, encabezó el jueves pasado una inspección sobre esta finca, situada en Ayacucho y Circunvalación, un predio que perteneció al Ejército en los '70.
En diálogo con Leo Ricciardino por Sí 98.9 contó las circunstancias de esta medida, en el marco de una causa que se tramita en el juzgado a cargo de Marcelo Bailaque. Con Villate concurrió un hombre que fue secuestrado y cautivo en un lugar que, según describe, condice con las características de esta finca. Su testimonio es valioso porque acabaría por sacar a la luz un nuevo chupadero clandestino del aparato del terrorismo de Estado que imperó entre el 76 y el 83 bajo control del II Cuerpo de Ejército.
El testigo, que es querellante además con sus hermanos, se llama Desiderio Meza, y declara que estuvo cautivo "en un lugar cercano al arroyo Saladillo, una quinta ubicada sobre la salida a Buenos Aires". Villate refirió otro testimonio, de Rubén Angulo, por el que se indica que en los años de la dictadura, en un zanjón de ese predio, se enterraban perros sacrificados por el municipio. De allí que considerara pertinente realizar una visita a la finca.
A partir de este testimonio que confirma a Desiderio Meza en la quinta, es donde se suma también el relato de Graciela Villareal, quien coincide con Meza sobre el lugar de secuestro que compartieron, por lo cual desde fiscalía están tratando de sumar testimonios de otras personas que hayan sido alojadas allí durante la última dictadura.
Sobre la veracidad de los testimonios, Villate señaló que Meza marcó una habitación en un espacio que ni el juez ni el fiscal conocían de inspecciones anteriores. Y que no podía haberlo visto con anterioridad. “Cuando fuimos a inspeccionar con el testigo nos señaló el lugar donde había estado cautivo y nos describió algo que no podíamos ver porque había un paredón y nos adelantó con qué nos íbamos a encontrar tras un parrillero que era la habitación donde había estado cautivo”, precisó.
“Era una pieza pequeña. Estuvimos allí y además señaló un lugar donde había sido torturado en la casa principal de la Quinta. Fue muy impresionante la reacción física que notamos en Desiderio”, expresó luego.
En tanto, sobre posibles enterramientos de cadáveres humanos en ese predio, manifestó que hasta el momento “no hay resultados”, pero que se harán estudios para corroborarlo.