La concejala Julia Irigoitia vuelve a la marcha con la iniciativa para modificar la ordenanza de Nocturnidad, que ya tiene más de veinte años. En primer lugar, hace un análisis histórico de la situación: "Rosario fue una ciudad reconocida en la Argentina y el mundo por su impronta cultural, característica que se fue opacando lentamente por la violencia que la acecha. La noche como concepto no queda al margen de este panorama".

La edila peronista repasa la Ordenanza N.º 7218 que data del 2001: "La ordenanza que rige la noche rosarina está inspirada en una ciudad que ya no existe, es una ordenanza que todavía pide como requisito que haya un teléfono público cerca de donde se hace un evento para que pueda habilitarse".

Entre tires y aflojes, esta deuda que tiene la política con la actividad nocturna de la ciudad podría llegar a encausarse. Irigoitia, con dos años y medio de mandato, insiste con esta batalla desde que ingresó al Palacio Vasallo y anticipa un debate profundo para este año: "La nueva ordenanza siempre claudica por lo técnico, pero el problema es político. Necesitamos que la agenda del Concejo sea más parecida a los problemas de la gente".

Durante su primer año de mandato en el 2022 y durante el año electoral del 2023, Irigotia se reunió con distintos actores claves de la ciudad para conversar sobre el tema, vecinos de zonas concurridas, comerciantes, ciudadanos de a pie que disfrutan de salir por la noche, para recolectar información y adecuar la ordenanza.

Para finalizar, la concejala se suma a un debate sobre la gran cantidad de fiestas clandestinas que se fueron desbaratando en el último tiempo en Rosario: "Este estilo de fiestas, a altas horas de la madrugada, en lugares no seguros, sin controles y regulaciones, son un síntoma de la falta de respuestas de la política a las demandas sociales. Para que la noche salga de su clandestinidad, debemos construir nuevos consensos".